Tras la consagración de Estados Unidos, quedaba por definir quién completaba el podio. Y el partido era mucho más interesante de lo que podía parecer, porque el ganador obtendría su primer medalla olímpica en baloncesto. Australia y Eslovenia hicieron un gran torneo, pero sus figuras no fueron suficiente para vencer a los grandes candidatos para llegar a la final.
Pero la medalla de bronce parecía un consuelo difícil de rechazar. Y por eso, ofrecieron un partidazo que tuvo a una figura estelar: Patty Mills. El base oceánico, que en plena competencia abandonó San Antonio Spurs para recalar a Brooklyn Nets, hizo el partido de su vida y anotó 42 puntos para dejar sin medalla a Luka Doncic.
Australia hizo un partido perfecto. No dejó opciones en ningún momento a los europeos y empezó a sacar distancias a medida que avanzaba el partido. Después de ganar el primer cuarto 20-19, empezó a construir un desarrollo favorable de la mano de Joe Ingles (histórico de Utah Jazz) y Jock Landale (fichado por los Spurs en este mercado). Así se fueron al descanso 53-45.
Del lado esloveno, Doncic lideró al equipo con 22 puntos pero no tuvo la suficiente ayuda en un equipo que fue de más a menos a lo largo del torneo. El tapón de Batum que significó la derrota en semis hizo mella en un equipo que sólo tuvo en Klemen Prepelic (18 tantos) como alternativa a Doncic.
El segundo tiempo tuvo a Eslovenia acercándose en el marcador (llegó a ponerse a tres puntos), pero Australia fue frío para no caer ante la presión y a frenar cada intento de los eslovenos de igualar las acciones. Volvió a pisar el acelerador y terminó llevándose el duelo por 107-93 y subiéndose al podio por primera vez en su historia.
Doncic se queda sin medalla en su debut olímpico, pero con el consuelo de haber sido uno de los mejores jugadores del torneo y con la idea de que se le puede dar tranquilamente en Parí 2024.