La temporada de la NBA aún está a poco más de un mes de comenzar y todavía queda mucha tela para cortar con el mercado veraniego de la mejor liga de baloncesto del mundo. Y parte de ello, es gracias a la novela que están montando Ben Simmons y Philadelphia Sixers.
Tras la eliminación del equipo en los playoff a manos de Atlanta Hawks en siete juegos, la relación entre la afición y el australiano quedó trunca. Sobre todo por el rendimiento de la estrella que no estuvo a la altura de las circunstancias y todos en Philadelphia perdieron la paciencia.
Tal es así, que Simmons solicitó ser traspasado y, según trascendió por medios locales, el jugador habría anunciado que no volverá a ponerse la camiseta del equipo. Las ofertas por un intercambio empezaron a llover pero desde la franquicia rechazaron todas por considerarlas insuficientes.
Claro, no quieren regalar al que fuera elegido con el pick 1 del Draft de 2016, más allá de su presente. Simmons sigue siendo un armador con una excelente defensa, más allá de las carencias en su tiro y puede encajar en cualquier equipo que lo rodee bien.
Pero la historia no termina allí, ya que con el avance de los días y ninguna novedad acerca de un traspaso, el jugador avisó que no se presentará al campus de entrenamiento con sus compañeros, lo cual le valdrá una multa millonaria si no lo hace.
Según fuentes del equipo, el jugador tendría que pagar alrededor de 200 mil dólares por cada día de ausencia. Si Simmons cumple su promesa de no presentarse a todo el campus, la multa llegará a un total de más 1.3 millones de dólares.
Con tal de llegar a un acuerdo y poner presión al equipo, tanto el jugador como su agente estarían dispuestos a sacrificar esa suma de dinero para forzar que los Sixers encontraran una salida a la situación y canjeen al base en el intercambio más generoso posible.