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Pese a las dificultades ofensivas de Nikola Jokic, los Denver Nuggets encontraron la fórmula para apagar el talento de Shai Gilgeous-Alexander y llevarse un triunfo clave en la serie. El análisis del planteamiento defensivo de David Adelman y su impacto en el Juego 3.
Un Juego 3 de ajustes, defensa y estrategia
En una serie marcada por el talento individual y la intensidad táctica, el Juego 3 entre los Denver Nuggets y los Oklahoma City Thunder representó un punto de inflexión. Con Nikola Jokic luchando por encontrar su ritmo ofensivo, el entrenador interino David Adelman encontró respuestas en el costado defensivo. ¿El objetivo? Contener a uno de los jugadores más implacables de la postemporada: Shai Gilgeous-Alexander (SGA).
El resultado fue una victoria para Denver, cimentada no en el brillo de su estrella principal, sino en una actuación defensiva colectiva que logró lo que parecía imposible: frenar al candidato al MVP de Oklahoma City.
18 puntos, 7 de 22 tiros: una noche inusual para SGA
Shai Gilgeous-Alexander venía de actuaciones explosivas en estos playoffs, pero se topó con una defensa que lo forzó a tomar decisiones difíciles y tiros incómodos. Finalizó con 18 puntos, pero lo más llamativo fueron sus porcentajes: solo 7 aciertos en 22 intentos. Para Adelman, esto no fue casualidad.
“Tuvo una noche difícil. Hicimos un gran trabajo mostrándole diferentes coberturas en sus movimientos de dribleo”, comentó el técnico. “Este fue nuestro mejor partido en cuanto a lidiar con su uso del antebrazo para generar espacio. Christian Braun hizo un gran trabajo ajustando y logrando buenas contestaciones en momentos clave”.
No se trató de una defensa convencional, sino de un planteamiento que apeló a la creatividad, los cambios en el uno contra uno y un esfuerzo colectivo sincronizado.
La clave: el “segundo intento” defensivo
Uno de los aspectos más interesantes del planteamiento de Adelman fue el uso del llamado “segundo intento” defensivo. En lugar de limitarse al marcaje inicial, los jugadores de Denver asumieron el riesgo de dejar a sus propios hombres para ayudar en la contención de Gilgeous-Alexander cuando este llegaba al corazón de la pintura.
“Cuando ese tipo de jugadores entran en su secuencia ofensiva, a veces tienes que romper tu asignación y ofrecer una segunda ayuda”, explicó Adelman. “Si no lo haces, se convierte en un uno contra uno constante, y con jugadores como él, eso rara vez termina bien”.
Esta flexibilidad táctica fue lo que permitió a Denver cerrar los espacios que SGA suele aprovechar con su cambio de ritmo, control del cuerpo y visión periférica.
El impacto colectivo por encima de las figuras
Es importante destacar que el plan de Denver no se basó en una actuación individual sobresaliente, sino en una sinfonía defensiva bien dirigida. Christian Braun, Kentavious Caldwell-Pope y Aaron Gordon ofrecieron un marcaje físico, rotaciones rápidas y ayudas constantes. Cada uno entendió su rol, pero también cuándo romperlo para proteger la zona.
Aun con Jokic teniendo una noche discreta, el equipo encontró en la defensa la chispa necesaria para marcar la diferencia. “Me gustó nuestro esfuerzo general, y la forma en la que absorbimos los contactos fue mucho mejor que en el Juego 2”, reconoció Adelman.
¿Qué esperar del Juego 4?
Pese al éxito defensivo, Adelman no se confía. Sabe bien del calibre de Gilgeous-Alexander y anticipa un resurgimiento. “Sabemos de lo que es capaz. Estoy seguro de que será increíble en el Juego 4. Es un jugador fantástico”, advirtió.
Denver ahora tiene la oportunidad de tomar ventaja de 3-1 en casa, pero el desafío de repetir esta actuación defensiva será aún mayor. Oklahoma City y su cuerpo técnico, encabezado por Mark Daigneault, seguramente harán ajustes para liberar a su estrella de la presión y recuperar el control de la serie.
El valor de la defensa como arte colectivo
El Juego 3 será recordado no por la brillantez de una figura, sino por la capacidad de un equipo para reinventarse en tiempo real, aplicar una estrategia arriesgada y ejecutarla con disciplina. En los playoffs, donde los márgenes son mínimos, detalles como un “segundo intento” defensivo pueden cambiar el curso de una serie.
Denver dio una clase de defensa aplicada, y en el proceso, puso en pausa el impacto de uno de los jugadores más letales de la NBA actual. Si logran replicar este nivel de intensidad y cohesión, no solo podrán avanzar de ronda, sino consolidarse como verdaderos contendientes al título.