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El baloncesto universitario tiene la capacidad de producir talentos únicos que capturan la atención tanto de aficionados como de ejecutivos de la NBA, y Cooper Flagg es el último fenómeno en encender esta pasión. Con apenas 18 años, el alero de Duke dejó boquiabiertos a todos con una actuación deslumbrante en la victoria 86-78 sobre Notre Dame, una exhibición que consolidó aún más su estatus como el prospecto más codiciado para el Draft 2025.
Flagg anotó 42 puntos, con una eficiencia extraordinaria al acertar 11 de sus 14 tiros, y agregó seis rebotes, siete asistencias y un robo. Este tipo de actuaciones son precisamente las que han llevado a los equipos más débiles de la NBA a considerar seriamente el “tanking” como estrategia para asegurar su selección.Una actuación histórica que redefine límites
Flagg no solo brilló; escribió su nombre en los libros de historia. Según ESPN, se convirtió en el primer jugador de Duke en registrar al menos 35 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias en un juego desde que su actual entrenador, Jon Scheyer, lo lograra en 2009. Más impresionante aún, su actuación rompió los récords de puntos en un solo juego tanto para un novato de Duke como para la conferencia ACC, con su sobresaliente desempeño coronado por cuatro triples y una clavada electrizante que dejó claro por qué es el jugador más emocionante del baloncesto universitario.
Estas hazañas no solo destacan su talento innato, sino también su capacidad para brillar bajo presión. Flagg fue la fuerza detrás de la décima victoria consecutiva de Duke, un hito que no alcanzaban desde la temporada 2017-18.
Un juego versátil y preparado para la NBA
Lo que diferencia a Flagg de otros prospectos es su capacidad para impactar el juego en múltiples áreas. Su habilidad para anotar desde cualquier punto de la cancha —ya sea cerca del aro, en el rango medio o más allá del arco— lo convierte en un anotador casi imposible de defender. Durante el partido contra Notre Dame, fue responsable directa o indirectamente de 25 de los primeros 40 puntos de Duke, un reflejo de su visión de juego y capacidad para crear oportunidades para sus compañeros.
Flagg también tiene un entendimiento táctico del juego poco común para su edad, complementado por una mezcla letal de tamaño (6’9”), habilidad atlética y versatilidad defensiva. Su promedio de la temporada —19.1 puntos, 8.3 rebotes, 3.9 asistencias, 1.6 robos y 1.3 bloqueos por partido— refuerza la percepción de que no solo es un anotador, sino un jugador completo que puede liderar a un equipo en ambos extremos de la cancha.
¿Por qué “tanquear” por Flagg?
El “tanking” es un término controvertido en el mundo de la NBA, pero para equipos como los Wizards, Raptors, Hornets, Jazz y Pelicans, Flagg representa una oportunidad única. Los equipos con registros lamentables, como los Wizards (6-30) o los Raptors (8-30), tienen poco que perder en esta temporada y mucho que ganar si logran seleccionarlo.
La historia de la NBA está repleta de casos donde un talento generacional cambia el destino de una franquicia. Desde LeBron James con los Cavaliers hasta Tim Duncan con los Spurs, la llegada de un jugador como Flagg puede transformar instantáneamente a un equipo mediocre en un contendiente al título. Con su combinación de habilidad, mentalidad competitiva y ética de trabajo, Flagg tiene el potencial para ser ese jugador que reescriba la historia de cualquier franquicia que lo seleccione.
Un futuro brillante para Duke… y la NBA
Si bien su tiempo en Duke probablemente será breve, Flagg ya está dejando una huella imborrable en el programa. Su impacto va más allá de las estadísticas; es un líder natural que inspira confianza en sus compañeros y eleva el nivel de su equipo. Para Duke, esto podría traducirse en una profunda carrera en el torneo de la NCAA y quizás un campeonato nacional.
Para los equipos de la NBA, Flagg representa la esperanza de un futuro más brillante. En una liga donde las superestrellas marcan la diferencia, él ya parece destinado a unirse a las filas de los jugadores que definen eras. Y aunque todavía faltan meses para el Draft 2025, una cosa es segura: el nombre de Cooper Flagg ya está escrito en los sueños de muchas franquicias.
Una estrella que nadie quiere dejar pasar
Cooper Flagg no es solo un prospecto; es una promesa de grandeza. Con actuaciones históricas como la que tuvo contra Notre Dame, ha dejado claro que su potencial no tiene techo. Para los equipos de la NBA que enfrentan temporadas difíciles, la idea de asegurar su talento se convierte en una luz al final del túnel.
Así, la carrera hacia el “tanking” ha comenzado, y con ella, la posibilidad de que Flagg no solo transforme una franquicia, sino también el futuro del baloncesto.