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En un partido que inició con complicaciones, la selección de baloncesto de República Dominicana, liderada por el técnico Néstor García, logró imponerse 89-73 a Nicaragua en el Polideportivo Alexis Argüello de Managua. Este triunfo no solo revitaliza las esperanzas del equipo en el clasificatorio al FIBA AmeriCup 2025, sino que también muestra destellos del potencial que los quisqueyanos pueden alcanzar en el torneo.
Un inicio que encendió las alarmas
El primer cuarto del encuentro fue desconcertante para los dominicanos. Nicaragua, con un arranque agresivo y aprovechando errores defensivos de su rival, sorprendió al equipo quisqueyano con una ventaja inicial de 21-14. La falta de precisión en los tiros libres y desde la línea de tres puntos dejó a la República Dominicana buscando respuestas mientras los locales aprovechaban cada oportunidad.
El planteamiento inicial de Néstor García pareció ineficaz para contener la intensidad de los pinoleros, quienes, respaldados por su afición, jugaron con una energía que descolocó a los dominicanos. Sin embargo, el conjunto visitante comenzaría a ajustar su estrategia en el segundo cuarto.
La remontada: un segundo cuarto clave
República Dominicana encontró su ritmo en el segundo cuarto. Jassel Pérez emergió como una figura determinante, con un triple crucial al cierre de la primera mitad que no solo dio ventaja a su equipo (46-35), sino que marcó el cambio de narrativa en el juego. El despertar ofensivo se vio acompañado por una defensa más organizada, que limitó las opciones de Nicaragua y forzó errores en momentos clave.
Este parcial fue una muestra del verdadero nivel de los quisqueyanos, con una ofensiva fluida que castigó desde el perímetro y un dominio en la pintura que les permitió controlar el ritmo del partido. Fue aquí donde se consolidaron las bases de la victoria final.
Un tercer cuarto arrasador: triples y dominio absoluto
El tercer cuarto fue el más contundente para Dominicana. Con un bombardeo desde la línea de tres puntos, el equipo amplió su ventaja a 72-56. Cada intento de Nicaragua por reducir la diferencia era respondido con precisión y determinación por parte de los quisqueyanos.
El entrenador García, conocido por su capacidad para ajustar sobre la marcha, mostró su experiencia al mantener la rotación de jugadores en el momento justo, asegurando frescura y energía en el tramo final del partido.
Último cuarto: administrando la ventaja con inteligencia
Con una ventaja cómoda, Dominicana supo manejar el último cuarto sin grandes sobresaltos. La ofensiva mantuvo el control del balón y evitó las pérdidas innecesarias, mientras la defensa se cerró para impedir cualquier intento de remontada por parte de Nicaragua. El marcador final de 89-73 refleja no solo la superioridad en los momentos clave, sino también el carácter del equipo para superar un mal inicio y cerrar con autoridad.
Análisis y reflexiones: un camino aún por recorrer
Este triunfo coloca a República Dominicana en una mejor posición en el grupo C, pero también deja varias lecciones importantes. El equipo debe mejorar su consistencia, especialmente en los inicios de partido, donde los errores pueden ser costosos frente a rivales más fuertes.
Por otro lado, el desempeño individual de figuras como Jassel Pérez y el liderazgo de Néstor García son aspectos positivos que auguran un futuro prometedor. Si los quisqueyanos logran mantener el nivel mostrado en los últimos tres cuartos, tienen todo para ser protagonistas en el AmeriCup.
La próxima ventana del clasificatorio será crucial, y este resultado les otorga el impulso necesario para enfrentar los desafíos venideros con renovada confianza. Dominicana sigue viva, y el sueño de clasificar sigue intacto.