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Los cuestionamientos sobre el declive de Draymond Green no son nuevos, pero su capacidad para revertirlos es crucial para las aspiraciones de los Warriors en una Conferencia Oeste altamente competitiva.
La temporada 2024-25 de la NBA se presenta como una encrucijada para Draymond Green, el corazón defensivo de los Golden State Warriors. Con 34 años y entrando en su decimotercera temporada en la liga, el futuro miembro del Salón de la Fama enfrenta el desafío de demostrar que todavía es capaz de desempeñar un papel fundamental en las ambiciones del equipo de San Francisco. A pesar de su historia como uno de los mejores defensores de la NBA, los gerentes generales (GMs) de la liga han comenzado a dudar de su capacidad de seguir siendo una pieza clave para que los Warriors puedan competir al más alto nivel.
La voz de los GMs: una advertencia para Green
En la reciente encuesta anual realizada entre los GMs de la NBA, Green no fue mencionado ni siquiera entre los diez mejores defensores, una señal clara de que su reputación ha comenzado a erosionarse. Durante años, su nombre fue sinónimo de defensa élite, reconocida incluso por sus competidores más duros. Sin embargo, la presencia de jóvenes estrellas emergentes como Bam Adebayo y la irrupción de Victor Wembanyama en la liga parecen haber opacado el legado de Draymond.
¿Tiene razón la crítica? ¿Es Green ya incapaz de competir al nivel que una vez lo convirtió en la columna vertebral de una defensa que lideró a los Warriors a múltiples campeonatos?
El declive defensivo: ¿realidad o percepción?
Los números parecen contar una historia preocupante. Durante la temporada 2023-24, Golden State permitió un índice defensivo de 112.9 puntos por cada 100 posesiones con Green en cancha, apenas una diferencia de menos de un punto cuando estaba en el banquillo. Lo que más destaca es su caída como protector del aro, donde permitió un 60.3% de acierto a los rivales, una cifra considerablemente peor que el 51.1% que registró en la temporada anterior.
La caída en su rendimiento defensivo es más evidente cuando se le compara con sus días de gloria. Ya no es tan efectivo en los intercambios defensivos al enfrentarse a jugadores más rápidos como Devin Booker o Jaylen Brown, y su capacidad de proteger el aro ha mermado debido a la pérdida de explosividad en sus saltos.
Sin embargo, es importante considerar que los números no lo son todo. Green sigue siendo uno de los jugadores más inteligentes en defensa, con una capacidad inigualable para leer el juego y anticipar los movimientos de los rivales. Su versatilidad para defender múltiples posiciones sigue siendo un activo invaluable para los Warriors. Pero, ¿es suficiente para mantener a su equipo en la lucha por un campeonato?
Los Warriors sin margen de error
La temporada pasada dejó claro que los Warriors ya no pueden depender únicamente del brillo de Stephen Curry. Con Klay Thompson batallando para mantener su nivel y Andrew Wiggins luchando por consistencia, la falta de una segunda estrella detrás de Curry es palpable. Si Golden State quiere evitar caer en el play-in, necesitan a un Green rejuvenecido, capaz de liderar nuevamente una defensa de élite.
Steve Kerr, entrenador del equipo, tiene el desafío de rodear a Green con talento defensivo versátil. Aunque los Warriors no lograron adquirir a jugadores como Lauri Markkanen o Paul George en el verano, tienen un núcleo sólido de jugadores jóvenes que pueden ayudar en ese aspecto. Aun así, la falta de una ofensiva confiable más allá de Curry significa que la defensa debe ser su carta de triunfo.
La presión sobre Green: demostrar que aún es el mejor
Las expectativas para Green no son menores. En una liga que valora cada vez más la juventud y el atletismo, él debe demostrar que su inteligencia y experiencia aún son suficientes para marcar la diferencia. Los GMs que lo han descartado como uno de los mejores defensores seguramente lo hicieron basándose en su edad y en la percepción de un declive físico. Pero subestimar a Draymond Green nunca ha sido una buena idea.
A lo largo de su carrera, Green ha prosperado en momentos de duda y críticas. Ahora, más que nunca, necesita demostrar que sigue siendo capaz de impactar el juego a nivel élite. De lo contrario, los Warriors podrían encontrarse luchando no por otro campeonato, sino por simplemente sobrevivir en una Conferencia Oeste que se ha vuelto brutalmente competitiva.
Draymond Green debe convencer no solo a los GMs escépticos, sino también a sus propios compañeros y entrenadores, de que aún puede ser ese ancla defensiva que llevó a Golden State a la gloria. El desafío es monumental, pero si alguien ha demostrado ser capaz de superarlo, ese es él.