La NBA se rige por números. Puntos, rebotes, cantidad de triunfos y derrotas, promedios. Todo suma a la estadística que tan importante y vital es para la mejor liga de baloncesto del mundo. Pero también son importantes otros números: los sueldos.

Los contratos que firman los jugadores se justifican por la forma de anotar o rendir en cada noche y los fanáticos agradecen lo que se les paga. Pero muchas veces, las franquicias depositan esperanzas mediante un cheque, que nunca termina de valer. Incluso lo siguen pagando a pesar de que el jugador ya no esté más.

Por ejemplo, Larry Sanders disputó su último partido en la NBA el 12 de abril de 2017 con los Bucks, que le firmaron un contrato por 44 millones de dólares y una extensión que le permite seguir cobrando esta temporada más de 1,8 millones de dólares a pesar de llevar más de cuatro años fuera de la NBA.

O también Monta Ellis, uno de los mayores talentos que tuvo la última década, pero lesiones y bajos rendimientos nunca lo pusieron como una estrella de la liga. El escolta, recientemente vinculado a los Lakers, sigue cobrando un contrato de los Pacers por 44 millones de dólares de 2017 y esta temporada, a pesar de no jugar, todavía cobrará dos millones de Indiana.

Uno de los casos más conocidos es el de Luol Deng. El jugador es el sexto jugador mejor pagado de los Lakers, a pesar de que se retiró hace rato. Deng firmó un contrato de 72 millones de dólares por cuatro años en 2016, de los que aún cinco millones quedan por pagar.

Joakim Noah aterrizó en Nueva York como uno de los mejores defensores de la NBA. Los Knicks le ofrecieron 72 millones de dólares antes de traspasarle después de dos temporadas y 53 partidos. El jugador francés ficharía más tarde por Grizzlies y Clippers, pero no volvió a brillar como de él se esperaba y tras un último baile se retiró en 2019, aunque todavía tiene que cobrar más de seis millones de dólares de su lucrativo contrato con los Knicks.

Otros, como el caso de Chris Bosh, reciente miembro del Salón de la Fama y dos veces campeón de la NBA con los Heat, se deben a circunstancias externas. El ala-pívot se vio obligado a abandonar el baloncesto por problemas de coagulación pero todavía sigue cobrando 9 millones por año de los 118 millones de dólares que le firmó la franquicia de Florida.

O también el caso de Kevin Garnett, también ingresado al Salón de la Fama y que, por una cláusula en su contrato, los Celtics se comprometieron a pagarle 35 millones entre los primeros siete años luego de retirado al jugador que los sacó campeones en 2008.