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Mark Daigneault, entrenador de Oklahoma City, analiza con madurez la derrota en tiempo extra ante los Nuggets y revela cuál es el mayor reto de su joven equipo en estos playoffs: enfrentar la adversidad como parte del camino hacia la grandeza.

El camino hacia la élite en la NBA nunca es lineal. La derrota en tiempo extra de los Oklahoma City Thunder por 113-104 ante los Denver Nuggets, en el Juego 3 de la segunda ronda de los playoffs, dejó mucho más que una desventaja de 2-1 en la serie. Dejó una lección de madurez, perspectiva y liderazgo, tanto desde el banquillo como desde la cancha.

El entrenador Mark Daigneault no se mostró abatido, ni ofreció excusas. Más bien, puso sobre la mesa el verdadero reto que enfrenta su equipo: aprender a navegar las aguas turbulentas del éxito en formación. En sus palabras posteriores al partido, dejó claro que la derrota es parte del proceso que atraviesan los equipos que aspiran a ser grandes.

“Perder siempre duele, especialmente en los playoffs, pero estamos en el proceso de convertirnos en un gran equipo”, afirmó Daigneault. “Y para ser grande, tienes que ser llevado al límite. Debes enfrentar los desafíos y responder. Este equipo ha demostrado repetidamente que puede hacerlo, y tengo plena confianza en que lo seguirá haciendo”.

Una batalla cerrada… hasta el tiempo extra

Durante los primeros cuatro cuartos, el Thunder compitió de tú a tú con los campeones defensores. A pesar de una noche con poco acierto en los tiros de salto, Oklahoma City se las arregló para fabricar ofensiva y mantenerse con el control del juego hasta los últimos minutos del cuarto periodo.

Daigneault elogió la actitud y ejecución de sus jugadores hasta entonces, pero reconoció que el tiempo extra fue otra historia. Los Nuggets se impusieron 11-2 en esa etapa, aprovechando mejor sus oportunidades y demostrando experiencia en los momentos de máxima presión.

“No tuvimos una gran noche lanzando, pero construimos mucho desde otras áreas y eso nos permitió mantenernos en juego hasta el final. Ellos simplemente hicieron algunas jugadas más que nosotros en los momentos decisivos”.

Shai Gilgeous-Alexander: sonrisa desafiante ante la adversidad

Uno de los momentos más comentados del postpartido fue la actitud de la estrella del Thunder, Shai Gilgeous-Alexander, quien salió de la cancha sonriendo a pesar del revés. Para algunos, desconcertante; para otros, una muestra de fortaleza mental. El propio jugador explicó que fue una respuesta consciente ante los abucheos de los aficionados locales.

“Algunos fanáticos me estaban provocando. Sé cómo es esto. Es fácil burlarse cuando vas ganando. Pero yo nunca quiero mostrar que estoy vencido o frustrado”, explicó SGA. “Nada está escrito todavía. La serie no ha terminado y hay muchas razones para mantenernos optimistas”.

Este enfoque, alejado del dramatismo, refleja la confianza interna que reina en un equipo que, si bien joven, ha demostrado tener una identidad clara y un núcleo comprometido con la mejora constante.

El camino hacia la grandeza no es recto

Oklahoma City ha sorprendido esta temporada, consolidando a jóvenes talentos como Chet Holmgren y Jalen Williams, y mostrando una química poco común en equipos con tan poca experiencia de playoffs. Pero para dar el salto definitivo, necesitan enfrentar y superar noches como la del Juego 3.

Daigneault lo entiende. No se trata solo de esquemas tácticos o porcentajes de tiro. Se trata de carácter, de resiliencia. De asumir cada caída como una oportunidad para crecer.

El Juego 4, que se disputará el domingo, será más que una nueva oportunidad de empatar la serie. Será una prueba clave para medir hasta dónde ha llegado este equipo en su proceso de madurez. Porque, como dejó claro su entrenador, la grandeza no se mide solo en victorias, sino en cómo se responde cuando todo parece en contra.

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