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Paige Bueckers, la nueva era de las Wings  podría provocar un efecto Caitlin Clark en Dallas. 

La noche del lunes 14 de abril marcó un antes y un después para las Dallas Wings y para la historia reciente de la WNBA. En un ambiente cargado de emoción en The Shed at Hudson Yards de Nueva York, la comisionada Cathy Engelbert anunció que Paige Bueckers era oficialmente la selección número uno del Draft 2025. Mientras tanto, en el College Park Center de Arlington, Texas, la noticia desató una celebración eufórica entre los fanáticos que seguían el evento desde casa.

No es exageración decir que la WNBA vive una etapa dorada. En los últimos años, la liga ha experimentado un aumento sostenido de interés gracias a figuras emergentes que combinan talento, carisma y una presencia mediática potente. Caitlin Clark fue la más clara muestra en 2024, y todo indica que Paige Bueckers será el siguiente catalizador de esta evolución.

Un nuevo rostro para la franquicia de Dallas

Curt Miller, gerente general de las Wings, fue categórico al hablar del potencial de Bueckers: “Paige es su propia historia. Lo que hemos visto que logran las selecciones número uno es verdaderamente especial. Cambian la trayectoria de una franquicia. Paige lo hará a su manera, pero sin duda impactará profundamente este equipo.”

Aunque Miller evita comparaciones directas con Caitlin Clark, es evidente que la influencia de Bueckers será inmediata. No se trata solo de su rendimiento deportivo, que ya de por sí promete elevar a Dallas en la tabla de posiciones, sino también del fenómeno de marketing y atracción que representa.

Con 2.3 millones de seguidores en Instagram y una presencia mediática global, Paige ya es una estrella antes de debutar profesionalmente. Su fichaje no solo representa esperanza deportiva para las Wings, sino también un activo económico para la franquicia y para la liga.

¿Puede replicar el ‘efecto Clark’?

Cuando Caitlin Clark fue seleccionada en 2024 por Indiana Fever, no solo ayudó al equipo a regresar a los playoffs, sino que generó una revolución comercial: venta de entradas disparada, transmisiones televisivas en horarios estelares y estadios llenos incluso en los partidos como visitante. Esa clase de influencia no se mide únicamente en puntos anotados, sino en millones de dólares y nuevos fanáticos.

Si bien Paige Bueckers llega con un perfil distinto —quizá algo más reservado—, no carece de magnetismo. Su carrera en UConn estuvo marcada por lesiones y regresos épicos, lo que le añadió una narrativa de resiliencia muy valorada por el público. Además, su juego elegante, visión de cancha y liderazgo en momentos clave generan expectativas altísimas.

El efecto Bueckers más allá de Dallas

Con estrellas como A’ja Wilson, Breanna Stewart, Sabrina Ionescu, Angel Reese y la misma Clark marcando el ritmo de la liga, la llegada de Bueckers refuerza el relato de que la WNBA se ha convertido en una potencia deportiva y comercial. Las nuevas generaciones crecen admirando a estas jugadoras como íconos culturales, no solo atletas.

La WNBA ya no es simplemente una extensión del baloncesto universitario; es un producto global. Las redes sociales, las marcas de ropa, los videojuegos, los documentales y los contratos millonarios están transformando la liga. Paige llega justo a tiempo para tomar su lugar en esa ola de cambio.

Una alianza poderosa con Arike Ogunbowale

Además de su talento individual, Bueckers aterriza en un equipo que ya cuenta con una estrella consolidada: Arike Ogunbowale. Esta dupla podría convertirse en una de las más electrizantes de toda la WNBA, combinando experiencia y juventud, anotación y dirección, carisma y liderazgo.

El binomio Bueckers-Ogunbowale puede ser el ancla que estabilice a Dallas en la élite de la liga, pero también una fuente inagotable de espectáculo. Si la química fluye, las Wings no solo serán competitivas, serán irresistibles.

Un futuro prometedor para la WNBA

La liga está entrando en una nueva etapa, impulsada por jugadoras que no temen ocupar el centro del escenario mediático. El impacto de Paige Bueckers será multifacético: mejorará el rendimiento de su equipo, aumentará la asistencia en estadios, atraerá nuevas inversiones y seguirá alimentando el creciente interés por el baloncesto femenino.

Es cierto, como dice Curt Miller, que Paige “hará las cosas a su manera”. Pero eso no resta valor a la realidad evidente: la era Bueckers ha comenzado, y Dallas ya se prepara para vivir su propia revolución, al estilo Caitlin Clark.

Porque, al final del día, la WNBA ya no gira solo en torno al juego, sino también a las historias que lo transforman.