La temporada 2020-21 de Stephen Curry fue increíble, llevó a un equipo de Warriors con nuevas piezas y sin sus compañeros tradicionales a pelear un puesto de playoffs, lideró la liga en puntos por segunda vez en su carrera, ganó la competencia de triples de manera increíble, regresó de varios partidos inactivo a mitad de marzo para promediar 36.9 puntos por partido en sus últimos 24 juegos de la temporada y terminó tercero en la votación del MVP que fue ganado por el Serbio Nikola Jokic.
Aunque los Warriors fueron descalificados en el Play In al perder de Los Ángeles Lakers y Memphis Grizzlies, el chico maravilla sabía que la siguiente temporada prometía nuevas aventuras. El núcleo de los Warriors estaba más desarrollado, su compañero Klay Thompson volvería a la duela y Curry buscaría lo que parecía obvio, coronarse formalmente como el máximo anotador de triples de la historia juntando el volumen con la eficiencia algo fuera de este mundo.
Inició la temporada con 2,832 triples lo que marcaba una distancia de 141 triples entre él y Ray Allen, era cuestión de tiempo para que se logrará. En sus primeros 19 partidos continuó todo como termino la temporada pasada, promediaba 28.6 puntos por juego, promediando 42.3% de triples y lideraba a Golden State Warriors con el mejor récord de la liga.
En ese momento todo marchaba bien, estaba puntero en la carrera por el MVP de la liga y se encontraba a 36 triples de la meta, era cuestión de varios partidos para lograrlo. Pero empezó el problema, mientras más se acercaba más crecía la ansiedad y presión, vimos un Curry diferente y errado, en sus próximos siete partidos promedió 22.7 puntos por partidos con un 34% de campo y un 34.7% de triples, ambos porcentajes lejanos de la realidad de Curry.
Llegó el gran día y que mejor escenario que el Madison Square Garden, casa de los New York Knicks, Curry necesitaba un triple para empatar con Allen quien se encontraba en la arena para hacer la entrega formal del trono y si no pudiera ser más emocionante la velada, Reggie Miller se encontraba en la transmisión del partido.
Curry encestó su primer triple en el minuto 10:56, lo había logrado, empató el récord de todos los tiempos, pero sabía que faltaba algo más, en el minuto 7:33 asistido por Andrew Wiggins estaba hecho, un triple por encima de su ex compañero Alec Burks lo consagró, oficialmente el mejor tirador de la historia era el máximo anotador de triples de la historia.
Se detuvo el partido, todo el mundo de pie y aplaudían, las redes colapsaban pendiente a este evento, llovían las felicitaciones, un abrazo de Allen y Curry sellaba la transición, a partir de ese momento le tocaba elevar la vara para el siguiente rey, que no sabemos quién será.
Pero continuaba la situación, Curry seguía lanzando por debajo de sus estándares, en los siguientes 12 partidos lanzaba para 39.6% de campo y 34.3% de triples promediando 24.9 puntos por partidos. Algo anda mal y Steve Kerr y Curry lo saben por lo que se le dio un día libre.
De vuelta a la acción, Curry lanzó para un 40.7% de campo y 37.8% de triples en sus próximos tres partidos, promediando 26.3 puntos por juego y concediendo 9.3 asistencia, aparentemente el descanso hizo efecto.
No, el problema se mantenía ahí, frente a Dallas Mavericks y Utah Jazz tiro para un 33.3% de campo y 13% de triples con una baja anotación de 15.5 puntos por partido.
Período evaluado | Partidos | FG% | 3P% |
Carrera en la NBA | 807 | 47.3 | 42.9 |
Temporada 2021-22 | 45 | 41.8 | 37.7 |
Partidos después del récord | 18 | 39.7 | 33.8 |
¿Qué le ocurre al mejor tirador de la historia?
Durante su sesión de tiro posterior a la práctica del partido frente a Dallas, Curry analizaba sus lances, sabía lo que estaba mal, lo que faltaba en su forma de tirar. Aunque no podía aislarlo, necesita solucionar lo que está causando el problema: el poder.
“Empezó a hablar sobre cómo no estaba obteniendo suficiente potencia y estaba tirando pelotas en la parte superior de su tiro”, dijo el entrenador asistente de los Warriors, Bruce Fraser.
El poder comienza en la base de su despegue. Trabaja desde sus pies hacia arriba, a través de su marco y en su movimiento de disparo. La escasez de energía interrumpe la mecánica, ¿pero que provocaba esta falta de poder?
Curry había desarrollado el hábito de lanzar con los dedos de los pies y no con las puntas de los pies. De puntillas, genera menos potencia que cuando recibe potencia con las puntas de los pies. Empezó a probar esta hipótesis y empezó a obtener mejores resultados, solo le faltaba ponerla en práctica. En el partido frente a Dallas lanzó para un 20% de triples, pero aun fallando sabía que progresaba de manera alentadora.
Podríamos enumerar teorías de lo que estaba sucediendo:
- ¿Presión? La emoción de perseguir el récord agravó la tensión mental de tratar de descifrar las defensas que tiene que enfrentar cada noche. Y luego, una vez que entró en esa rutina, eso simplemente se acumuló.
- ¿Cansancio? Quizás, promedia 34.7 minutos por partido, un poco más alto que el promedio de la temporada pasada, donde promedio 34.2 minutos por partido. Destacar que Curry ha jugado 45 de los 49 partidos de los Warriors, eso es un 91.8% del calendario. Posiblemente la pausa del juego de estrellas le sentará bien.
- ¿Edad? Ya son 34 años y esto podría estar afectándole ligado al cansacio o simplemente estamos viendo el principió del fin.
- ¿Nueva rotación? Comúnmente Curry juega el primer y tercer cuarto del partido y descansa la primera mitad del segundo y último cuarto, esta temporada eso se ha visto un poco alterado, pues está siendo sacado al final de cada cuarto.
- ¿Defensa de los equipos? Puede ser, dado que los equipos cada día analizan a sus rivales y que hayan desarrollado un método de detener al chico maravilla.
Quizás es un simple mal momento que con descanso se irá, pero la suma de las razones explicadas arriba entre otros factores le puede estar pasando factura a Curry.
“Por lo general, un problema técnico se convierte en mental”, dijo Kerr.
Con el ingreso de Klay Thompson que sigue poniéndose en forma, el reingreso de Draymond Green, el aporte de Jordan Poole y Andrew Wiggins sumado a un poco de descanso, puede que traiga dicha mejora.
En su último partido frente a Minnesota Timberwolves siguió con el experimento que había empezado frente a Dallas, lanzó para un 50% de campo y un 60% de triples encestando 29 puntos, viéndose mucho mejor.
Destacar que Curry encesta el 44.9% de los triples luego del descanso del juego de estrellas versus a un 41.8% antes del receso, por lo que nos toca esperar como vendrá en la segunda mitad y si el experimento que viene poniendo en práctica será la solución para salir de su peor bache ofensivo desde que se convirtió en el chico maravilla.