El idilio de Michael Jordan con el golf data de hace muchos años y en su inicio estuvo ligada al miembro del Salón de la Fama de este deporte, Ed Ibarguen, quien desde 1988 ha estado ligado a la Universidad de Duke. Pero curiosamente, antes de dar el salto a Duke, el alumno más famoso de Ibarguen pertenecía a una universidad rival de esta, la de Carolina del Norte.
Aquello sucedió cuando trabaja en el campo de UNC Finley. Uno de los jugadores del equipo de baloncesto quería aprender a jugar al golf. “Estaba en el lugar correcto en el momento adecuado cuando Michael Jordan se interesó por el golf”, ha contado Ibarguen a Golf Digest. El entrenador de NC, Dean Smith, hizo de intermediario entre ambos.
“Michael entró en la tienda de golf y preguntó: ‘¿Eres Ed Ibagoogen?”. “Soy Ed Ibarguen”, respondió el entrenador. Por supuesto, en ese momento nadie podía imaginar hasta dónde llegaría posteriormente aquel muchacho en el mundo del baloncesto. “Él estaba entusiasmado, pero me dijo: ‘Podríamos tener un problema. No tengo dinero para pagarte”, le dijo Jordan a quien iba a ser su mentor.
Éste le preguntó a Jordan: “¿Te tomas en serio el aprendizaje o vienes a perder el tiempo?”. El 23 fue muy claro, según recuerda Ibarguen:
De verdad que me gusta este deporte y quiero aprender a jugarlo de la manera correcta.
Ibarguen, desde luego, posee un testimonio privilegiado a la hora de hablar de MJ, antes de que este fuera una gran estrella mundial. “Simplemente se enamoró de este deporte. Era de noche, llevaba 36 hoyos y quería seguir jugando”, rememora.
Entre las singularidades que destaca el entrenador respecto a Michael, comenta: “Creo que lo más difícil que tuvo que superar fue que tiene manos muy grandes. En Ping me dijeron que las empuñaduras que pusieron en los palos de Jordan eran las más grandes que jamás habían puesto en un palo de golf”, comenta. También destaca que el 23 “visualiza muy bien los golpes y posee una habilidad para imitar asombrosa”. MJ es a día de hoy hándicap 1,2.