Criticado hasta el rechazo incluso, subestimado y en ocasiones sometido a burlas a escarnios públicos, lo de Ime Udoka con los Celtics en la NBA es una bella historia y lo escribo y pienso en El Color Púrpura de Alice Walker, En doce años de esclavitud, En la cabaña del tío Tom, en Raíces de Alex Haley, en Booker Taliaferro Washington; en tantos, es tan grande el legado de la cultura afro en Estados Unidos que Udoka no podía quedar relegado a un plano secundario, allí en Nueva Inglaterra, en la cuna de unión americana.
En sus gestos, la expresión de sus ojos, el rictus de su cara, la manera de gesticular, en todo su lenguaje corporal, demuestra ser un tipo seguro, confiado y si cuando llegó a Boston, muchos pensaron que iba a ser una especie de títere de Brad Stevens, se equivocaron, el hombre se había forjado con el mejor, con Gregg Popovich, las cosas serían y fueron diferentes.
El perfil
Casi diez años en San Antonio Spurs, formándose junto al viejo Gregg, allí, bebiendo de la sabia del más grande, mirando, nutriéndose del espíritu de Tim Duncan, de Manu Ginobili, de Toni Parker y compañía; después de ser protagonista de una de los mejores legados del baloncesto en este siglo, Ime Udoka no iba a defraudar.
Revirtió los ritmos en el TD Garden, fomentó la dinámica de grupo, rescató el orgullo celta que estaba dormido e imponiéndose a lesiones, a bajas por Covid 19, volteo un 17-19 en la primera mitad para jugar como el mejor equipo de la liga en los últimos 41 partidos y así, llegaron los Play Off.
Y si muchos lo criticaron en un comienzo, hoy, después de la victoria en el primer partido de la Final, el mundo del baloncesto se pone a sus pies y tal vez para resumir su impacto, lo acentuado de su personalidad tenemos las recientes palabras de Dejounte Muray, quien estuvo bajo su mando en San Antonio.
La personalidad
El base de los Spurs declaro en el portal NBA.com, tal como lo recoge el periodista, Michael Wright que Udoka es un motivador nato: – “… Simplemente te dirá, ¿A quién le importa que hayas perdido ese balón?, ¿a quién le importa que hayas fallado ese tiro?, solo quiero que juegues duro, lo demás viene con el juego y mientras juegues duro y lo des todo yo te respaldare al 110 porciento…” sentenció Murray y al respecto alegó:- “… Es el tipo de entrenador para el que quieres jugar..”
Y se escribe y uno al escribir se emociona, siente un inmenso respeto por el entrenador de los Celtics, el hombre que doce años después ha regresado a uno de los mejores elencos del baloncesto a la élite; lo tiene todo para ser el arquitecto de la corona 18 y entonces cuando miremos y veamos que es solo el comienzo, nos quedaremos sin palabras.