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Los Ángeles Lakers se enfrentan a una encrucijada: su dinastía actual parece acercarse a su fin, a pesar del imponente talento de LeBron James y Anthony Davis. Desde su triunfo en las Finales de la NBA de 2020, el equipo no ha logrado construir el mismo ímpetu. Aunque en 2023 alcanzaron la Final de Conferencia, los Nuggets de Denver no les permitieron avanzar, barriendo la serie y revelando profundas brechas en la composición del equipo.

El intento de Rob Pelinka de incluir a Russell Westbrook fue uno de los puntos críticos que dejaron en evidencia la falta de sincronía en la gestión del equipo. La apuesta por los “Tres Grandes” no solo fracasó, sino que evidenció una falta de dirección clara en las decisiones de la gerencia. Luego de que Westbrook fuera enviado a Utah y más tarde a los Clippers, el equipo optó por no realizar fichajes de gran peso en la agencia libre. En cambio, apostaron por la estabilidad y el potencial de sus selecciones del draft, con Dalton Knecht en la primera ronda y Bronny James en la segunda.

¿Estancados en el Presente o Construyendo para el Futuro?

La presencia de Bronny James y Knecht puede ser un activo en el futuro, pero esto no resuelve la urgente necesidad de reforzar un plantel competitivo alrededor de LeBron y Davis. A diferencia del equipo de 2020, que contaba con veteranos que aportaron experiencia y profundidad —como JaVale McGee, Dwight Howard y Rajon Rondo—, el plantel actual carece de estas piezas fundamentales. La ausencia de un fuerte grupo de tiradores, otro pilar del éxito de los Lakers en 2020, ha dejado al equipo en desventaja frente a otras franquicias con plantillas más equilibradas y versátiles.

El problema parece radicar también en la estructura de la gerencia. Las decisiones de Pelinka y las demoras de consenso entre las figuras de la administración, desde Jeanie Buss hasta los Rambis, reflejan un proceso de toma de decisiones fragmentado que impacta directamente en el rendimiento del equipo en la cancha. Los rumores en torno a la falta de acuerdo para realizar movimientos clave, como la salida de Darvin Ham y la contratación de JJ Redick como entrenador, resaltan la lentitud y excesiva precaución del equipo directivo.

Pelinka y el Impacto de la Falta de Movimientos Agresivos

Desde la fallida adquisición de Westbrook, Pelinka ha optado por una postura conservadora en la reconstrucción del equipo. La decisión de no traer refuerzos clave en la agencia libre durante el verano, a diferencia de sus rivales en el Oeste, parece un movimiento arriesgado en una conferencia donde la competencia es feroz. Equipos como los Nuggets, Warriors y Suns cuentan con una combinación sólida de estrellas y profundidad en sus plantillas, algo que a los Lakers les falta.

La presencia de veteranos con experiencia en playoffs podría ser la clave para revitalizar al equipo, algo que el núcleo actual simplemente no posee en el nivel requerido. Davis y LeBron, por su parte, siguen ofreciendo destellos de su dominio, pero el desgaste de los años es evidente, especialmente para LeBron, quien ha sido el líder de su equipo durante dos décadas. Sin una inyección de talento experimentado que apoye su carga, los Lakers corren el riesgo de depender exclusivamente de estos dos pilares, una estrategia que podría no rendir frutos en una larga postemporada.

¿Un Horizonte Complicado para los Lakers?

Para muchos fanáticos y expertos, el enfoque conservador de los Lakers no está alineado con la realidad de una liga en constante evolución y una base de seguidores que exige resultados inmediatos. Los Lakers han tenido varias oportunidades de construir un equipo competitivo en torno a LeBron y Davis, pero las decisiones clave se han visto obstaculizadas por una falta de visión a largo plazo y un proceso de toma de decisiones ineficiente.

En última instancia, los Lakers deberán tomar una decisión fundamental sobre el rumbo de su franquicia. Los aficionados y los mismos jugadores esperan una gestión proactiva que, lejos de conformarse con la estabilidad, busque la excelencia que caracterice a una de las franquicias más icónicas de la NBA. La temporada 2024 será decisiva, y la falta de movimiento en la agencia libre puede pasar factura si los Lakers no logran encontrar el equilibrio necesario para competir en el siempre exigente Oeste.

¿Cambio Radical o Conservadurismo?

La dirección de los Lakers parece haberse estancado en una zona de confort que podría costarles más que una temporada mediocre. La lección de la fallida era de Westbrook debería impulsar a la gerencia a tomar decisiones más audaces y centradas en construir un equipo de apoyo eficaz alrededor de sus dos estrellas. Sin una planificación proactiva, los Lakers corren el riesgo de desperdiciar los últimos años de LeBron en la liga y de limitar la carrera de Davis en un equipo que ya parece estar quedándose atrás.

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