Hace pocos días finalizó la AmeriCup de baloncesto, con la Argentina de Facundo Campazzo alzando el trofeo de campeón, y estamos a pocas horas de conocer el ganador del Campeonato Eurobasket entre España y Francia, en los cuales no se puede negar que se ha podido observar buen baloncesto en materia de selecciones.
Motivado a la pandemia del covid-19, ambos eventos debieron aguardar un año para su realización y además el combinarse con los compromisos de las ventanas clasificatorias para la Copa del Mundo a efectuarse el próximo año, y es acá donde comenzamos a enfocarnos en algunas diferencias que se lograron detectar en los dos continentes.
Y una de ellas ha sido el grado de prioridad que muchos jugadores de renombre le han dado a jugar con su selección, específicamente en el caso de los europeos que hacen vida en la NBA, como Giannis Antetokounmpo, Luka Doncic y Nikola Jokic, quienes para sorpresa de muchos luego de jugar la ventana premundialista, se mantuvieron con sus combinados nacionales para el EuroBasket, algo que de este lado del mundo no llegó a ocurrir.
Hacemos mención a estos tres jugadores, por ser los de mejor desempeño actual en el mejor baloncesto del mundo, pero hubo otras figuras que también dijeron presente, como Dennis Schröder en Alemania, Laury Markkanen en Finlandia, así como Rudy Gobert y Evan Fournier en Francia, lo que generara una mayor atracción hacia este torneo, desde un principio.
Y esto se pudo notar en un buen nivel en cada uno de los partidos, sin nada que envidiarle a cualquier otra competición del mundo, en cada posesión, la velocidad en las transiciones, la fortaleza de estos jugadores en la pintura, el buen porcentaje de acierto en la media y larga distancia; hasta en la forma como los aficionados se acercaron a cada gimnasio y con una logística de los organizadores casi que impecable.
Ahora, si nos enfocamos en la AmeriCup, uno de los primeros detalles fue el observar a selecciones con convocatorias alternas con respecto a las habituales, muchos alegando acá que han preferido dar oportunidad a nuevos jugadores para que comenzaran a ganar recorrido y experiencia, tomando en cuenta que es una competición que no ofrecía cupo a algún torneo de mucha relevancia, solo a los Juegos Panamericanos.
Algo que pudo influir en que ciertos referentes se hayan inclinado por tomarse unos días de descanso, otros optaron por volver a sus equipos y concentrarse en su liga local, como Venezuela y su Superliga, y algunos pensando en su nueva temporada de la NBA, como sucedió con selecciones como Puerto Rico, México, Canadá y República Dominicana.
Entonces, acá nos quedamos sin poder disfrutar de figuras como los boricuas José Alvarado y Gian Clavell, el mexicano Juan Toscano-Anderson, el canadiense Shai Gilgeous-Alexander o los dominicanos Chris Duarte, Al Horford y Karl-Anthony Towns, lo que hubiese impulsado un nivel mucho más alto de lo que se pudo observar.
Sin ánimos de querer hacer muchas comparaciones, ya que cada torneo es distinto, pero ha sido algo notorio el grado de atención entre una competición y otra; solo Argentina con sus referentes Campazzo, Deck, Delia, Laprovittola, Bolmaro y Brussino pudo ser la diferencia y pues como resultado, se llevó el cetro y jugando buen baloncesto, aunque el ritmo y velocidad no haya sido el mismo que el observado en el Eurobasket.
En materia de logística, el escenario de la AmeriCup, el gimnasio ‘Geraldo Magalhaes’ de Recife fue noticia al presentar inconvenientes con algunas goteras en su techado, lo que provocó la paralización de algunos encuentros, e incluso la suspensión del choque entre EEUU y Venezuela, cuando se jugaba la mitad del compromiso; la asistencia de aficionados solo se notó cuando jugaba la selección local, al final de cada jornada.
Así pues, y como quizás se observe también en otros deportes como el fútbol, los europeos parecieran estar varios pasos adelante en estas competiciones, tanto en lo deportivo, como en lo logístico, algo que no se vea tan reflejado en el historial de los mundiales y juegos olímpicos, gracias a los títulos logrados por Estados Unidos. Pero las diferencias están allí a la vista, y la brecha pareciera abrirse más con el tiempo. ¿Será así siempre? Esperemos que no.