Tras quedar al borde de la eliminación en las Finales del Este, el dominicano Karl-Anthony Towns mantiene la fe en los New York Knicks y lanza un mensaje poderoso de resiliencia. El equipo tendrá que escalar una montaña casi imposible para revertir el 3-1 ante los Pacers.

Un paso del abismo, pero no vencidos: la fe de Towns y los Knicks frente a la adversidad

Los New York Knicks están contra las cuerdas. Después de una derrota dolorosa por 130-121 ante los Indiana Pacers en el cuarto partido de las Finales de la Conferencia Este de los Playoffs NBA 2025, el equipo dirigido por Tom Thibodeau necesita ganar tres juegos consecutivos si quiere llegar a sus primeras Finales de la NBA en más de dos décadas.

Pero en medio del pesimismo de la afición y las duras críticas tras una noche llena de errores, un jugador se mantiene firme. Karl-Anthony Towns, quien se ha convertido en una pieza vital para los Knicks en esta postemporada, no se rinde.

“Siempre hemos encontrado la forma de hacer lo imposible cuando todo parecía perdido. Vamos a seguir luchando. Esto será un testimonio de lo que ha sido toda nuestra carrera en estos playoffs”, declaró Towns con determinación en la rueda de prensa, acompañado por su compañero Jalen Brunson.

Errores costosos y defensa inexistente

El cuarto partido fue una montaña rusa para los neoyorquinos, con altibajos que evidenciaron tanto virtudes como debilidades. Los Knicks cometieron 17 pérdidas de balón, mientras que los Pacers solo 11. Esos errores se tradujeron en puntos fáciles y contraataques letales para Indiana, que dominó el ritmo del juego.

La defensa, normalmente un punto fuerte bajo el mando de Thibodeau, también brilló por su ausencia. Nueva York fue superado en los tableros 44-33, y recibió 22 puntos en transición frente a apenas 9 propios. Esa diferencia en la intensidad y ejecución marcó la pauta del partido.

Un precedente que inspira: la batalla ante Boston

A pesar de la situación límite, Towns encuentra motivación en la reciente hazaña que los Knicks lograron en la serie contra los Celtics. Aquel duelo ante los campeones reinantes parecía perdido para muchos, pero Nueva York respondió con una victoria en seis juegos, derrumbando el reinado de Boston.

La diferencia ahora radica en que, a diferencia de esa serie donde los Knicks ganaron los dos primeros encuentros, ante Indiana comenzaron con dos derrotas consecutivas, lograron un triunfo heroico en el tercer juego —gracias a 20 puntos de Towns solo en el último cuarto—, pero no lograron sostener esa energía en el cuarto enfrentamiento.

El factor emocional y la presión del Madison Square Garden

Con la serie regresando a Nueva York para el crucial Juego 5, el Madison Square Garden se convertirá en un hervidero de emociones. La presión será máxima, tanto para el equipo como para el cuerpo técnico. La historia y la expectativa están del lado de los Knicks, pero también el peso de no fallar.

Towns, que tuvo un susto físico en el último cuarto del Juego 4, parece estar comprometido en cuerpo y alma con el reto. Su mensaje no solo busca reforzar la mentalidad del equipo, sino también inspirar a una afición que no quiere ver cómo se esfuma una temporada cargada de ilusión.

La narrativa del imposible: ¿puede Nueva York lograrlo?

Remontar un 3-1 no es habitual en la NBA, pero no es imposible. Equipos como los Cavaliers de LeBron James en 2016 lo han hecho, y Towns cree que este grupo, con Brunson, OG Anunoby y Josh Hart como pilares, tiene lo necesario.

Para lograrlo, deberán corregir sus errores, recobrar la intensidad defensiva y, sobre todo, jugar con el corazón. Los márgenes de error se han reducido a cero.

Más que baloncesto, una batalla mental

El discurso de Karl-Anthony Towns no es solo deportivo, es emocional. Habla de resiliencia, de la lucha contra la adversidad y del poder de creer. La serie aún no ha terminado. Y mientras haya vida, los Knicks buscarán escribir una página épica en la historia de la franquicia.

El jueves, en el Juego 5, sabremos si esta fe tiene fundamentos o si el sueño de Nueva York llega a su fin. Lo único seguro es que Towns no piensa rendirse. Y eso, en la NBA, es un factor que nunca se debe subestimar.

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