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La temporada 2024-25 para los Phoenix Suns no solo fue decepcionante: fue un colapso rotundo. Con una nómina multimillonaria repleta de superestrellas —Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal— y bajo la tutela de un entrenador campeón de la NBA como Mike Budenholzer, las expectativas eran tan altas como el techo del Footprint Center. Sin embargo, el equipo no solo quedó fuera de los playoffs, sino que ni siquiera logró alcanzar un lugar en el Play-In Tournament, lo que provocó una ola de frustración en los aficionados y, muy pronto, decisiones drásticas desde la gerencia.
La primera cabeza en rodar fue la de Budenholzer, despedido apenas concluyó la campaña. Pero todo indica que no será la única baja. La continuidad de Kevin Durant, uno de los jugadores más trascendentales de la última generación, está en el centro del huracán.
Un mensaje que encendió la mecha
Durant, quien arrastra rumores de traspaso desde la última fecha límite en febrero —cuando estuvo cerca de volver a Golden State—, volvió a ser noticia, esta vez no por su rendimiento en cancha, sino por un mensaje de despedida que escribió en la red social X (antes Twitter). En respuesta a un elogioso post del periodista Shane Young de Forbes, Durant comentó:
“Shane, aprecio tu enfoque para tu trabajo, hiciste que las conversaciones sobre baloncesto fueran divertidas y fáciles. Fue grandioso trabajar contigo, hermano, y agradezco las palabras amables”.
A simple vista, puede parecer solo un gesto de cortesía. Pero en el contexto actual, suena más a una despedida camuflada. No hizo mención específica a los Suns ni a una futura campaña. ¿Está KD preparando su salida?
El contexto contractual y competitivo
Durant, que cumplirá 37 años en septiembre, aún tiene un año restante en su contrato —firmado originalmente con los Brooklyn Nets— con un salario de $54.7 millones para la temporada 2025-26. Aún se desconoce si firmará una extensión o si el equipo lo moverá antes de que quede libre.
En sus dos años y medio en Phoenix, el alero ha mantenido números élite: 26.8 puntos, 6.3 rebotes y 4.6 asistencias por partido en 145 encuentros. No hay dudas de que sigue siendo una de las armas ofensivas más letales de la liga. Pero también es evidente que el tiempo juega en su contra. Durant está en la recta final de su carrera y no parece dispuesto a esperar un nuevo proceso de reconstrucción.
El proyecto fallido de los Suns
La apuesta por juntar a Durant, Booker y Beal pretendía ser una fórmula infalible. Pero entre lesiones, falta de cohesión y decisiones cuestionables desde el banquillo, el resultado ha sido un desastre de $366 millones. Incluso el liderazgo de Booker —considerado el alma del equipo— ha sido cuestionado por insiders que aseguran que su voz influyó negativamente en la gestión de Budenholzer.
Con la destitución del entrenador, la directiva enfrenta una encrucijada: ¿debe mantener el núcleo del equipo e intentar un último intento de campeonato? ¿O iniciar un proceso de reestructuración total, comenzando con la salida de Durant?
Posibles destinos y lo que está en juego
Los rumores ya apuntan a varias franquicias interesadas en KD. Los New York Knicks han sido mencionados como un destino probable, al igual que equipos con aspiraciones inmediatas al título. Un traspaso podría beneficiar a ambas partes: Phoenix podría recuperar activos valiosos y liberar espacio salarial, mientras que Durant tendría la oportunidad de competir por otro anillo en un entorno más competitivo.
Más allá del análisis financiero y estratégico, la posible salida de Durant marcaría el fin de una era breve pero intensa en Arizona. Su llegada generó ilusión y expectativa, pero también dejó al descubierto las grietas de un proyecto construido con prisas y sin una base sólida.
¿Y ahora qué?
La offseason será crucial para los Suns. El nuevo entrenador, el futuro de Durant, las decisiones con respecto a Booker y Beal… Todo está en el aire. Lo que está claro es que Phoenix no puede permitirse otro año como este. La franquicia tiene el talento y los recursos para reinventarse, pero deberá actuar con inteligencia y, sobre todo, con visión a largo plazo.
Kevin Durant, por su parte, sabe que su legado aún puede crecer. Pero para ello necesita el escenario adecuado. Y, tal como van las cosas, parece que Phoenix ya no lo es.