Hay historias deportivas que son un ejemplo de perseverancia, liderazgo, triunfos contra todos los pronósticos y redención ante la adversidad. Y también hay historias que son un ejemplo de superación de vida. La historia de Kikimita es una combinación de ambas.
Emmanuel Donato Domínguez perdió el brazo a la edad de seis años en su Santo Domingo natal. Estaba jugando baloncesto, su deporte predilecto, cuando una pared cayó sobre él. Su padre, el ex baloncestista Haser “Kikima” Salvador, lo rescató después de dos horas, pero aún así no evitar que el chico perdiera el brazo izquierdo.
Lo que parecía una tragedia y un cambio definitivo en la vida del niño, terminó convirtiéndose en su mejor arma. Porque ese percance no frenó a Kikimita, como lo empezaron a llamar por el apodo de su padre. Kikimita no iba a tirar por la borda su sueño de ser baloncestista profesional.
Si bien al principio necesitaba adaptarse a su nueva condición y requería ayuda para todo tipo de actividades cotidianas, Emmanuel adquirió un impresionante talento para mover el balón a pesar de hacerlo solo con una mano.
Una década después del accidente, los videos de Kikimita dejando en ridículo a todo tipo de jugadores, llegaron a las redes sociales y se convirtió en todo un fenómeno, lo que llamó la atención de Moisés Micael, entrenador en la escuela secundaria Life Christian Academy de la Florida, que le dio una beca para jugar baloncesto en Estados Unidos en los Lions de esa escuela.
Y luego de seguir apareciendo en todos los medios por lo realizado en cada partido de la división de bachillerato, llegó lo impensado: una oferta de la NCAA, el baloncesto universitario. Tennessee State University es la que ofertó por el dominicano que, de esta forma, llegará a la División I de la liga universitaria.
“Bendecido por recibir mi primera oferta D1 de la Universidad Estatal de Tennessee”, publicó Enmanuel en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 564,000 seguidores y una cuenta autentificada. “Lo mío es jugar al baloncesto. No hablo inglés con fluidez y eso me dificulta comunicarme con mis compañeros, pero muchos de ellos me ayudan y, bueno, nos entendemos entre tiros a canasta“, declaró demostrando que tiene todo para triunfar en el baloncesto, ya que en la vida, lo hizo con creces