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El triunfo de los Indiana Pacers ante los Cavaliers en los playoffs de la NBA no solo emocionó a los fanáticos del baloncesto, sino que también provocó una celebración anticipada desde el vestuario de los Indianapolis Colts. ¿Podrá el espíritu ganador contagiar a la franquicia de la NFL?

En Indianápolis, el deporte no conoce de fronteras entre disciplinas. La reciente victoria de los Indiana Pacers sobre los Cleveland Cavaliers en el Juego 5 de las semifinales del Este, más que un triunfo de baloncesto, se convirtió en un momento de comunión para toda la ciudad y sus equipos profesionales. La reacción de los jugadores de los Indianapolis Colts fue la prueba más clara de cómo el éxito de una franquicia puede influenciar emocional y simbólicamente a otra.

Haliburton lidera la rebelión dorada de Indiana

Tyrese Haliburton continúa consolidándose como la gran figura de esta sorprendente campaña de los Pacers. El base All-Star firmó una actuación estelar con 31 puntos, 6 triples, 8 asistencias, 6 rebotes, un robo y un bloqueo. Pero más allá de los números, fue su impacto emocional y su liderazgo en momentos críticos —como la remontada de una desventaja de 19 puntos— lo que impulsó al equipo a un resonante 114-105 que dejó fuera a los primeros sembrados de la conferencia, los Cavaliers.

Acompañado por Aaron Nesmith, quien aportó un doble-doble, y el joven Andrew Nembhard con 18 puntos clave, Indiana mostró una profundidad y una intensidad defensiva que ha desafiado los pronósticos de los expertos durante toda la postemporada.

La profecía de los Colts: fútbol americano y baloncesto se abrazan

Lo llamativo fue cómo la emoción de la victoria traspasó el parqué y llegó hasta el vestuario de los Colts. A través de su cuenta oficial de X (antes Twitter), el equipo de la NFL compartió un video grabado antes del juego donde algunos de sus jugadores mostraban su apoyo incondicional a los Pacers.

JuJu Brents, esquinero seleccionado en segunda ronda del Draft 2023, abrió el video con una enérgica dedicatoria al equipo de básquet. Le siguió Josh Downs, joven receptor que brilló la temporada pasada con 72 recepciones, 803 yardas y 5 touchdowns. Downs fue más allá, señalando sin dudar: “Haliburton es de verdad, confirmado”. De fondo, otro miembro del equipo vaticinaba con entusiasmo: “Pacers en cinco”. Acertaron.

Un espejo motivacional para los Colts

La historia reciente de los Pacers es la de un grupo joven, subestimado y lleno de carácter que ha sabido superar adversidades y construir una identidad ganadora. Y si hay un equipo en la ciudad que necesita precisamente eso, son los Colts.

En plena reconstrucción y con una lucha abierta por el puesto de mariscal entre Anthony Richardson —quien aún debe confirmar su potencial— y el recién llegado Daniel Jones, la franquicia de la NFL vive una etapa de incertidumbre pero con potencial. Las incorporaciones defensivas de Charvarius Ward y Camryn Bynum buscan darle solidez a una defensa que permitió 25.1 puntos por partido en 2024, mientras que el cuerpo ofensivo sigue buscando su ritmo.

La comparación entre ambas franquicias no es gratuita. Así como los Pacers han renacido con una mezcla de talento joven y hambre competitiva, los Colts están sembrando una base que podría sorprender a más de uno si logra engranar a tiempo. La química, el liderazgo y el carácter mostrado por los de Haliburton pueden servir como ejemplo e inspiración.

¿Puede la magia de los Pacers contagiar a los Colts?

Más allá de las diferencias de deporte y estructura, lo que une a estas dos franquicias es su ciudad y el deseo de volver a los primeros planos. Indianápolis es una plaza deportiva que vive con intensidad y pasión, y el éxito de un equipo puede servir como chispa emocional para otro.

El video compartido por los Colts no fue un simple gesto mediático. Fue un reflejo del orgullo compartido y del deseo de formar parte de una narrativa ganadora que, al menos por ahora, lideran los Pacers. Quizás, en la próxima temporada de la NFL, cuando la presión y las dudas se acumulen, alguien recuerde ese “Haliburton es de verdad” como una frase simbólica del cambio que empezó en la ciudad gracias al baloncesto.

Y así, con las luces del Rocket Arena aún encendidas por la hazaña de Haliburton y compañía, la esperanza se traslada al Lucas Oil Stadium. Porque en Indianápolis, cuando un equipo gana, todos sueñan.

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