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El baloncesto estadounidense se rige en gran medida por estadísticas. Números, rachas, porcentajes y valoraciones están a la orden del día, aumentando el ego de las grandes figuras que están pendientes en todo momento de sus producciones, incluso en momentos en el que el partido ya se encuentra ganado. Eso mismo le pasó a Giannis Antetokoumpo en la victoria de Milwaukee ante Washington.
En una jornada marcada por el récord de jugadores anotando treinta puntos o más entre todos los partidos disputados en el día, el griego se encontraba con el balón cuando quedaban escasos segundos para que terminara el juego entre los Bucks y los Wizards que se llevaban los campeones de 2021 por 117-111.
Con cinco segundos en el reloj, los jugadores se disponían a saludarse con el juego ya resuelto, pero el griego aún tenía algo por hacer. Su producción de la noche registraba 23 puntos, 13 asistencias y 9 rebotes. Es decir, estaba a un tablero de lograr la triple decena, por lo que encaró al aro, erró a propósito un tiro y capturó su propio rebote sin ningún tipo de oposición para así lograr un nuevo triple doble.
Las cámaras captaron el momento en el que Giannis, con una sonrisa cómplice en su rostro, se quedó mirando el marcador mientras se dirigía al vestuario para corroborar que el rebote haya sido contabilizado a su planilla y así confirmar su triple decena.
Con ese triunfo, los Bucks lideran tanto la Conferencia Este como la tabla general de la NBA con una marca de 46 triunfos y 18 derrotas. Aprovecharon la caída de los Boston Celtics ante los New York Knicks en el TD Garden y así se subieron a la cima de la zona oriental de la liga.