Que la NBA fue de las primeras ligas deportivas en entender el negocio del marketing y el show como fuente de ingresos, no hay duda. Pero lo realmente llamativo es que, desde la década del noventa, cuando se dio este fenómeno, la liga no paró. Al contrario, siguió facturando cada vez más.

Al espectáculo brindado en cada noche, sumado a los contratos televisivos, se sumó la globalización que hizo de la NBA una de las ligas más vistas en todo el mundo. La llegada de jugadores de todas partes del mundo, hizo que todo el planeta estuviera pendiente de las actuaciones que antes estaban reservadas casi exclusivamente para estadounidenses.

Y justamente la televisación será siendo el principal ingreso para la liga, cuando en 2025 entre en vigor el nuevo contrato que actualmente se está negociando con ESPN y Turner Sports, las dos principales cadenas televisivas que transmiten cada juego.

El contrato actual, firmado en 2014 por el, en ese momento, flamante comisionado Adam Silver, fue de 25.000 millones de dólares y entró en vigencia para la temporada 2015-2016. Ese contrato finalizará luego de diez años y la NBA ya se encuentra modificando esa cifra.

Según los reportes de la prensa local, el nuevo convenio será de 75.000 millones de dólares, tres veces más que el contrato actual. De esta forma, se inyectarán alrededor de 8.300 millones por temporada a repartir entre las 30 franquicias actuales.

De esta forma, los expertos financieros estiman que para 2025, el tope salarial de cada uno de los equipos ascenderá por encima de los 170 millones de dólares, mucho más que los 112 millones actuales. Eso abre una puerta para los jugadores, que tratarán de firmar contratos que no se extiendan más allá de ese año, y así firmar uno nuevo al comienzo de ese nuevo límite.

Así, los analistas deportivos están convencidos que los contratos que se verán a partir de 2025 llegarán a tener un valor superior a 300 millones dólares para las principales figuras que estén en su pico de nivel y renueven por el máximo posible. Hay que recordar que el primer jugador en firmar un contrato superior a 200 millones fue Stephen Curry en 2017, hace apenas cuatro años.