Pareciera que, al menos a diferencia de años anteriores, la publicación del calendario de la próxima temporada del baloncesto de la NBA, ha generado algunas repercusiones en algunas franquicias, quienes esperan este momento para planificar su logística de la campaña, lo cual incluye actividades como la venta de entradas, camisetas, publicidad, entre otras.
Esto, considerando algo que no resulta ser ningún secreto, ya que como es sabido el deporte es un negocio con mucha rentabilidad, sobre todo en este nivel, y que por lo tanto hay que mantenerlo a flote, contando no solamente con los mejores jugadores, sino también con los mejores en la gerencia y en las oficinas.
Mucho se ha estado comentando que, desde que culminara la pasada temporada, hace ya más de dos meses, si ha habido un conjunto en la liga que ha sido noticia en estas últimas semanas, han sido los Brooklyn Nets, principalmente por tener a dos de sus figuras con la incertidumbre de si continuarán o no con la franquicia para la 2022-2023.
Si, estamos hablando nuevamente de Kevin Durant y Kyrie Irving, quienes llegaron a esta institución en el 2019, para luego recibir al año siguiente recibir a más elementos como James Harden y DeAndre Jordan, completando luego en 2021 con la llegada de LaMarcus Aldridge y Blake Griffin, para así conformar una plantilla muy temible, en un esfuerzo que hizo su directiva por volver a competir por un campeonato.
Todo esto, en lugar de haber sido algo positivo para la organización, de a poco se terminara en convertir en una tragedia. Los altos costos de mantener una nómina de esos quilates, algunas lesiones, diferencias con el cuerpo técnico y hasta malcriadeces de algunos de ellos, propiciaron su inminente caída deportiva, que también ha generado consecuencias a nivel financiero.
El caso específico de Durant e Irving ha sido más que emblemático, ya que ambos han manifestado desde finales de junio su deseo de mudarse de Brooklyn, en una novela que se ha extendido hasta el sol de hoy, y que ha traído otra consecuencia más, una muy dolorosa y que representa un golpe duro a las entrañas del club.
Y es que se pudo conocer en medio de la difusión de los partidos de la nueva temporada, que los Nets tendrán una disminución de partidos a sintonizarse por los canales de televisión autorizados por la NBA, de un 50%. Es decir, solo 13 encuentros están pautados a transmitirse en la 2022-2023, muy por debajo de los 26 que tuvieran en la campaña anterior.
Una cifra muy baja en esta ocasión, más si se compara con la de otros equipos del mismo mercado; por ejemplo, los campeones Warriors tendrán la mayor cantidad de transmisiones, con 42, seguido de los Lakers con 39, luego siguen los Celtics con 37, además de los Suns y los 76ers con 34 cada uno, y también los Milwaukee Bucks con 32, así como los Mavericks de Luka Doncic con 30 partidos.
No conforme con esto, para sus partidos de local en el ‘Barclays Center‘, sus directivos han anunciado que su entrada más económica para el día inaugural, estará en el orden de los 45 dólares, algo que se puede considerar hasta absurdo, si comparamos este precio con el de otras franquicias, como su rival de ciudad, los New York Knicks, quienes han colocado su boleta más accesible en $ 158.
Esto, entre otras cosas, es un claro ejemplo de cómo no se pudo consolidar un proyecto muy ambicioso, que pretendía dar un fuerte golpe en la mesa de la liga, por encima de otras organizaciones históricas como los Lakers, San Antonio Spurs o los mismos Boston Celtics, pero que en lugar de ello, fueron ellos quienes recibieron ese golpe, aprendiendo que hace falta mucho más que dinero para mantener en armonía un vestuario con esos nombres.