Your browser doesn’t support HTML5 audio
Pese a una noche complicada y la derrota ante los Nuggets en el Juego 3, el líder de los Thunder mostró una actitud resiliente y desafiante. ¿Qué hay detrás de su enigmática sonrisa tras el tropiezo en Denver?
En un escenario hostil como el Ball Arena de Denver, tras caer en tiempo extra por 113-104 ante los campeones defensores Nuggets, cualquier jugador podría haber abandonado la cancha con frustración o cabeza gacha. Pero no fue el caso de Shai Gilgeous-Alexander, la estrella de los Oklahoma City Thunder, quien tras el Juego 3 de la serie semifinal del Oeste, caminó hacia los vestuarios con una sonrisa amplia dibujada en el rostro.
¿Por qué sonreía el MVP candidato después de un juego tan duro? La respuesta, como explicó él mismo en conferencia de prensa, dice mucho sobre su carácter competitivo y la mentalidad de este joven equipo de OKC.
“Unos fanáticos me estaban provocando. Y yo sé cómo funciona esto. Es fácil burlarse cuando vas ganando. Pero yo nunca quiero mostrar que estoy derrotado o molesto. Nada está escrito. La serie no ha terminado y tenemos muchas razones para ser optimistas”, declaró Gilgeous-Alexander con serenidad.
Un gesto que habla de madurez
Las palabras del escolta canadiense reflejan una visión que va más allá del marcador. No solo demuestra aplomo bajo presión, sino también una conciencia del momento y del panorama completo. Con apenas 18 puntos y 7 de 22 en tiros de campo, SGA tuvo una de sus actuaciones menos eficaces de la postemporada, pero se negó a ceder emocionalmente ante la derrota.
En un equipo joven como los Thunder, su liderazgo emocional es clave. A pesar del mal cierre y del parcial 11-2 con el que Denver se llevó el triunfo en tiempo suplementario, SGA se mostró más enfocado en el futuro que en lamentar el pasado inmediato.
El peso del colectivo en Denver
Paradójicamente, la sonrisa de Gilgeous-Alexander se dio en una noche donde Nikola Jokic, el dos veces MVP, tuvo uno de sus peores partidos ofensivos en estos playoffs: apenas 20 puntos con 8 de 25 en tiros, incluyendo un 0 de 10 desde la línea de tres. Sin embargo, la diferencia la marcaron sus escuderos: Jamal Murray con 27 puntos, Aaron Gordon con 22 y Michael Porter Jr. con 21.
Este trío fue determinante para contener el intento de remontada de los Thunder, que tuvieron una sólida participación de Jalen Williams y momentos interesantes de Chet Holmgren, aunque sin poder sostener el ritmo en la prórroga.
La serie aún vive
Con la victoria, los Nuggets toman ventaja de 2-1 en la serie, pero lejos de sentirse dominados, los Thunder han demostrado que pueden competir y que no están intimidados por la experiencia del rival.
“No jugué bien al final, pero tengo otra oportunidad en el próximo partido, y otra después de esa. Soy optimista”, sentenció Shai, con la mirada puesta en el Juego 4.
Ese optimismo se ha convertido en el sello de este equipo de Oklahoma City, que combina juventud, talento y una sorprendente madurez para manejar los momentos difíciles. La sonrisa de su líder no fue un gesto de resignación, sino una advertencia: los Thunder aún no han dicho su última palabra.
La sonrisa de Gilgeous-Alexander no es casual ni ingenua; es la expresión visible de una mentalidad fuerte en medio del fuego cruzado de los playoffs. En una NBA donde los gestos suelen amplificarse, Shai manda un mensaje claro: está listo para pelear hasta el final, sin importar las provocaciones ni las adversidades. Y con él, los Thunder siguen creyendo.