Cuando parece que los Lakers no pueden caer más bajo esta temporada, encuentran en cada juego que disputan una nueva forma de superarse. Lo que parecía una campaña de ensueño con LeBron James, Anthony Davis y Russell Westbrook, más el aporte de veteranos como Dwight Howard o Carmelo Anthony, termina siendo una pesadilla que está lejos de finalizar.
Desde el regreso tras el parón por el All-Star, el equipo amarillo y morado perdió sus cuatro juegos, dos de ellos ante los Clippers que, anoche, completaron la barrida al ganar los cuatro enfrentamientos de la temporada regular. El de ayer fue, encima, por de una paliza de 132-111.
La participación en los playoffs, incluso en el play-in, está cada vez más en duda para un conjunto acostumbrado ya al ridículo. El fracaso es absoluto y hasta se ha dejado de creer en los milagros. En la sala de prensa se impone la apatía.
Un ejemplo de la desconexión total de los Lakers es el tercer cuarto. Ese período confirmó la rotura de todas las costuras para los Lakers. Encajaron un doloroso 23-0 de parcial nada más empezar que se transformó en un 40-18 demoledor al final del cuarto. En cuestión de minutos, un partido de baloncesto igualado al descanso (66-63) se convirtió en una paliza humillante.
Por el lado del vencedor (ganó los siete enfrentamientos ante Lakers desde que Tyronne Lue es el coach), Reggie Jackson batió su récord de la temporada con 36 puntos, 12 de ellos en el último cuarto, y acabó con nueve asistencias y ocho rebotes. Además, Ivica Zubac aportó 19 unidades y nueve tableros.
En los Lakers, LeBron James sigue tirando del carro, pero sus 26 puntos y 8 rebotes no fueron suficientes en un equipo en el que está cada vez más solo. Tampoco fue clave el aporte de Westbrook, con 17 tantos y 8 tableros. Además, solamente terminaron con doble dígito Malik Monk (17), Carmelo (13) y Ellington (12), este último en minutos basura.