Ni LeBron James, ni Anderson Varejao, ni Kyrie Irving, ni JR Smith. Cleveland volvió a ser candidato en la Conferencia Este de la NBA gracias a un proyecto en el que tuvieron que hacerse nuevamente de abajo. Con scouting, fichajes inteligentes y un gran desarrollo del potencial, se pusieron la etiqueta de “equipo temido en Este”. Y más temida es su pareja de backcourt.
Donovan Mitchell, llegado este verano desde Utah, y Caris LeVert, quien arribó a principios de año desde Indiana, se pusieron el equipo al hombro y están liderando a uno de los equipos que dejó de ser una sorpresa y ya se puso el traje de candidato. 41 puntos para ambos en el triunfo en tiempo extra ante Boston en el TD Garden.
Solo trece dúos de jugadores han conseguido anotar cada uno cuarenta o más puntos en un mismo juego en los 76 años de la NBA. Y el base y escolta de los Cavs se sumaron a la lista con una actuación sobresaliente que los dejó en la parte alta de la tabla con un registro de 4-1 que reafirma las buenas sensaciones que dejaron la temporada pasada.
“Esto es lo que somos capaces de hacer. No nos rendimos. Siempre luchamos, y tenemos la oportunidad de ganar cada noche. Es el estándar de los Cavaliers y así nos juzgamos”, comentó su técnico J.B. Bickerstaff, padre de la criatura que es Cleveland en este momento.
A sus figuras se les suman el sophomore Evan Mobley (mejor quinteto de rookies de la temporada pasada) y Jarrett Allen, All-Star durante la pasada campaña, y una de las revelaciones más sorprendentes. Y por último Kevin Love, el último bastión que queda de las épocas de las Finales ante Warriors, traído exclusivamente por LeBron, pero que hizo de Cleveland su nueva casa. Una casa que festeja con sus nuevos miembros
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