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Denver toma ventaja 2-1 en la serie gracias a una actuación colectiva de sus jugadores de rol, en un partido de prórroga lleno de tensión, errores y valentía donde Nikola Jokic tuvo una de sus peores noches de playoffs.
En un duelo que dejó al límite a ambos equipos y a los fanáticos en sus asientos hasta el pitazo final, los Denver Nuggets sacaron una valiosa victoria 113-104 en la prórroga ante el Oklahoma City Thunder para adelantarse 2-1 en las Semifinales del Oeste. Sin embargo, más allá del resultado, el partido fue un experimento emocional y táctico que mostró el verdadero valor de un equipo completo, incluso cuando su máxima figura, Nikola Jokic, estuvo lejos de su mejor nivel.
Una versión desdibujada del Joker
Nikola Jokic, el dos veces MVP y alma del ataque de Denver, tuvo una noche para el olvido. Sus 8 aciertos en 25 intentos y ocho pérdidas de balón pintan una imagen inusual del centro serbio. Fue una versión apagada y frustrada, con malas decisiones y una clara desconexión con el ritmo habitual del equipo. Pero el baloncesto tiene esa magia: incluso cuando el sol no brilla, otros pueden encender la luz.
Porter Jr. y Gordon: gladiadores en la batalla
Con el “Joker” neutralizado, el peso recayó en los hombros de los secundarios, y allí apareció Michael Porter Jr. como un guerrero resiliente. Jugando con una lesión en el hombro izquierdo, firmó 21 puntos con una eficiencia quirúrgica (7/10 en tiros de campo y 5/6 en triples). Su presencia fue vital, no solo por su puntería, sino por el carácter mostrado en ambos lados de la cancha.
Aaron Gordon también se destacó con 22 puntos, 8 rebotes y un triple monumental que igualó el marcador al final del tiempo regular. Gordon ha encontrado un equilibrio entre su rol defensivo y su capacidad ofensiva, y en esta ocasión su liderazgo silencioso fue crucial para mantener viva la esperanza de los locales.
Jamal Murray, el timón necesario
Cuando el caos amenazaba con hundir el barco, Jamal Murray tomó el timón. El armador terminó con 27 puntos y múltiples jugadas decisivas tanto en ataque como en defensa. Oklahoma City intentó aislarlo, buscarle el uno contra uno, pero Murray respondió con templanza y agallas. En un contexto en el que Jokic fallaba, fue Murray quien encarnó la estabilidad emocional del conjunto.
Actuaciones clave desde la banca
La profundidad también marcó diferencia. Peyton Watson aportó con dos triples clave en el tiempo extra, y el veterano Russell Westbrook, en su rol limitado, fue un muro defensivo en momentos determinantes. Cada detalle importó. Cada jugador respondió al llamado. Fue una victoria de equipo, de identidad colectiva.
La otra cara: Shai contenido y Jalen desatado
Por el lado del Thunder, Shai Gilgeous-Alexander vivió una noche incómoda. El candidato al MVP finalizó con 18 puntos en 7 de 22 tiros, gracias a una defensa feroz de Denver que lo obligó a forzar jugadas constantemente. A pesar de sus 13 rebotes y 7 asistencias, no logró liderar ofensivamente como lo ha hecho durante toda la campaña.
El que sí apareció fue Jalen Williams, autor de 32 puntos. Su agresividad y eficacia ofensiva mantuvieron con vida al Thunder hasta los últimos compases, pero no fue suficiente ante la embestida emocional de Denver en la prórroga.
Un duelo que promete emociones fuertes
El Juego 3 fue una batalla de voluntades más que de estilos. Lejos de la estética, este partido mostró lo que realmente define a un contendiente: la capacidad de adaptarse, resistir y ganar sin depender exclusivamente de su estrella.
Los Nuggets ahora tienen la oportunidad de poner la serie 3-1 en casa, pero también saben que necesitan a Jokic en modo MVP para evitar una remontada peligrosa de los jóvenes y ambiciosos Thunder. Si ambos líderes —Jokic y Gilgeous-Alexander— despiertan en el próximo juego, podríamos estar ante una de las mejores series de la postemporada.