Seis menos para el récord. Eso, y una victoria más. Estas dos afirmaciones debían rondar la cabeza de Steph Curry anoche tras el triunfo de los Golden State Warriors ante Portland Trail Blazers por 104 a 94 para seguir mirando a todos desde arriba en la Conferencia Oeste.

Los de la bahía de San Francisco ganaron con facilidad pero sin abusar de un rival plagado de bajas. Su base estrella se acercó al momento que lleva anticipando varias semanas pero no logró hacer historia. Con 6 triples anotados, necesita 9 más para superar a Ray Allen. Las casas de apuestas estiman que en dos juegos lo logrará.

Así es, Curry está a punto de convertirse en el máximo triplista de todos los tiempos y anoche fue su primera gran oportunidad para hacerlo. Anotó 6 de sus 17 intentos y se le vio especialmente centrado en tirar de tres. Apenas intentó dos tiros dentro del perímetro y terminó con 22 puntos la noche.

Tendrá otra oportunidad este próximo sábado pero hasta entonces, el récord de Ray Allen sigue a salvo. Lo mismo no puede decirse de unos Blazers que batallaron pero en ningún momento dieron muestra de poder llevarse el partido.

Portland apenas ha ganado un solo encuentro lejos de su feudo esta temporada y suma un total de 11 derrotas a domicilio. Esto, sumado a que los Warriors han hecho del Oracle un fortín, no anticipaba un duelo igualada.

Pese a todo, no hubo marcadores abultados ni grandes arrases. Incluso sin Damian Lillard ni C.J. McCollum, ausentes ayer en las filas de Chauncey Billups, los de Oregon cayeron con orgullo ante el que sigue siendo el mejor equipo de toda la liga.

En los Warriors acompañaron los exteriores una noche más, con sólidas actuaciones de Jordan Poole y Andrew Wiggins, ambos acertados de cara al aro y superando la decena de puntos. Draymond Green, como siempre, aportó rebotes y asistencias para un equipo que sigue dependiendo de él como nunca.