Michael Jordan aún con más de 20 años que se retiró como jugador activo de la NBA, sigue estando en la palestra de muchos entendidos en la materia, así como por los muchos seguidores de esta disciplina, por todo lo que fue capaz de hacer en su mejor época con los Chicago Bulls que simplemente dominaron la liga en la década de los 90.

Aún a la fecha es el único en toda la historia en ser galardonado como MVP en todas las finales que disputó con la franquicia de Illinois, y con la cual sabemos que vivió hasta dos retiros como jugador, en 1993 una vez ganaron las finales ante los Phoenix Suns, y luego 5 años después al derrotar al Utah Jazz por segundo año consecutivo.

Entonces ahora sí todos los amantes de este buen baloncesto se encontraban resignados a no presenciar más la figura de ‘Su Majestad’ en los tabloncillos; pero no contaban con que a principios del año 2000 iba a regresar a la NBA, aunque esta vez en calidad de Presidente de Operaciones de los Washington Wizards, con responsabilidades muy nuevas e inéditas para él, y con algo de polémica incluida, ya que sus primeras decisiones implicaron la salida de jugadores con buenos registros en este equipo.

Estando en Washington, no cabe dudas que a Jordan le seguía picando el gusano de volver a enfrascarse en las canchas, y a los 38 años de edad comenzó a asomar la posibilidad de regresar como jugador activo, para lo cual se entrenó con todo en el verano del 2001 junto a otros jugadores de la liga; y entonces para nuestra sorpresa, MJ lo terminaría de confirmar en septiembre de ese año.

Muchos lo catalogaron como una locura y total exabrupto; que sus condiciones ya no eran las mismas de antes, sobre todo al momento de medirse ante los jugadores de esa época, como Allen Iverson, Kobe Bryant, Vince Carter o Tracy McGrady. Pero lo cierto es que el hombre estaba de vuelta y lo demás es historia.

Sabía que no iba a lograr algún título con estos Wizards, de hecho, en sus dos temporadas allí no pudo ni siquiera avanzar a la postemporada, pero si logró callar muchas bocas; su promedio de 22,9 puntos por encuentro en la 2001-2002 así lo demostraron, muy por encima de las expectativas.

No conforme con esto, en la temporada siguiente, la cual si fue su última como profesional, alcanzó a jugar los 82 partidos de la fase regular, 67 de ellos como titular, con una media de 37 minutos en cancha y no bajarse de los 20 puntos por encuentro, habiendo ya pisado la ruidosa edad de 40 años.

Y es así como el 21 de febrero de 2003, Jordan se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar 40 o más puntos con 40 años, en la victoria de los Wizards ante los New Jersey Nets en el MCI Center de Washington, con una hoja de 43 puntos; ya en la zafra anterior había logrado un partido de 51 puntos, curiosamente ante los Charlotte Hornets, del cual hoy es propietario.

Simplemente, era una leyenda viviente; estas dos temporadas en los Wizards tampoco podían pasar por alto, y por esto y mucho más se ganó aquella ovación de 3 minutos de parte de la afición de Philadelphia en su último partido oficial, algo que no hemos observado con otra leyenda de esta liga. Acá, es donde Michael Jordan, sin haber quedado campeón, sencillamente tuvo su último baile.