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A pesar de que los Denver Nuggets recuperaron la ventaja en la serie ante Oklahoma City, el rendimiento de Nikola Jokic en el Juego 3 levantó dudas. El serbio se unió a Jayson Tatum en una marca poco decorosa que refleja lo engañoso que puede ser el boxscore en playoffs.
Cuando se piensa en Nikola Jokic, se piensa en eficiencia. En dominio silencioso. En esa clase de jugador que, incluso en un mal día, es capaz de influir en todos los aspectos del juego. Sin embargo, en el Juego 3 de las semifinales del Oeste ante el Oklahoma City Thunder, el triple MVP ofreció una actuación que podría definirse como un “espejismo estadístico”: números brillantes en algunos renglones, pero con una eficiencia paupérrima que lo llevó a unirse a una lista poco honrosa junto a Jayson Tatum.
A pesar de que Denver se llevó el triunfo 112-103 en tiempo extra, y recuperó la ventaja en la serie (2-1), Jokic cerró el partido con 20 puntos, 16 rebotes, seis asistencias, dos robos y dos bloqueos. Una línea que parecería impresionante a simple vista. Pero una mirada más profunda revela una realidad preocupante: 8 de 25 en tiros de campo, 0 de 10 en triples. Según StatMuse, es apenas el tercer jugador en la historia de los playoffs en registrar al menos 15 rebotes y fallar 10 o más lanzamientos de tres puntos en un mismo partido. El segundo en hacerlo esta misma semana fue Tatum. El tercero permanece como una advertencia estadística.
El impacto más allá del aro
Más allá de la ineficacia ofensiva, Jokic no dejó de influir en el juego. Su lectura para asistir, su posicionamiento para rebotear y su esfuerzo defensivo fueron fundamentales. Pero el hecho de que haya lanzado diez veces desde el perímetro sin anotar ni una sola, en un contexto tan delicado como los playoffs, despierta preguntas. ¿Fue una decisión técnica? ¿Una urgencia provocada por la defensa del Thunder? ¿Un exceso de confianza?
La defensa de Oklahoma City se plantó bien. Shai Gilgeous-Alexander y Jaylin Williams se turnaron para dificultar el ritmo ofensivo del serbio. Si bien Jokic logró distribuir y colaborar con su presencia, jamás lució cómodo en ataque. Su lenguaje corporal en algunos tramos del partido reflejaba frustración, y eso no es algo común en su juego.
Un equipo que responde
Lo que sí es común en estos Nuggets es la capacidad de respuesta. A diferencia del desastroso Juego 2, el equipo de Denver supo cerrar con aplomo, especialmente en el tiempo extra, donde limitaron al Thunder a solo dos puntos en cinco minutos. Shai y Jalen Williams fueron completamente neutralizados por la defensa local.
Jamal Murray volvió a asumir el rol de héroe, con 27 puntos, ocho asistencias, cuatro robos y una gran efectividad desde la línea de libres. Aaron Gordon y Michael Porter Jr. también dijeron presente, con 22 y 21 puntos respectivamente, además de ocho rebotes cada uno. El respaldo colectivo permitió que el bajo rendimiento de su líder no les costara el partido.
¿Preocupación o simple anomalía?
En playoffs, cada detalle importa. Y aunque Jokic ha demostrado ser uno de los jugadores más consistentes de la era moderna, no es inmune a noches erráticas. La pregunta que queda flotando es si esta actuación fue un simple tropiezo o una señal de lo difícil que será para los Nuggets mantener el trono del Oeste.
El Juego 4, programado para el 11 de mayo, será clave. Si Jokic retoma su nivel habitual, Denver tendrá una clara ventaja. Pero si el Thunder logra replicar la fórmula para incomodarlo, la serie puede virar drásticamente.
Por ahora, queda la paradoja de una estrella que hizo historia por las razones equivocadas. Y un equipo que, afortunadamente para sus aspiraciones, supo ganar sin su mejor versión. En playoffs, eso también es parte del ADN de un campeón. ¿Podrán mantenerlo?