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La noche del lunes 12 de mayo de 2025 quedará marcada como una de las más tristes para los Boston Celtics y para la NBA. Jayson Tatum, estrella indiscutida del equipo verde, cayó víctima de una lesión devastadora durante el Juego 4 de la serie ante los New York Knicks en el Madison Square Garden: un desgarro del tendón de Aquiles que no solo lo dejó fuera de competencia, sino que también sacudió emocionalmente a toda la liga.
Más allá del impacto deportivo, la historia que más tocó fibras fue la conversación íntima y conmovedora entre Tatum y su padre tras el incidente, revelada por el periodista Marc J. Spears de ESPN/Andscape.
Un mensaje desde el dolor
“¿Por qué a mí, papá? ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí?”, fueron las palabras que Tatum dirigió a su padre, profundamente afectado por la situación. Su progenitor, quien se encontraba en tránsito hacia un juego en Mongolia como entrenador de un equipo en Indonesia, había estado viendo a su hijo brillar desde una tablet, presenciando cómo anotaba 42 puntos antes de la fatídica jugada.
Ambos rompieron en llanto, según relató Spears. Y fue entonces cuando el padre, en lugar de ceder al dolor, respondió con sabiduría y fe: “Hijo, esto es voluntad de Dios. Vas a salir de esto”. No fue solo una frase de consuelo; fue una declaración de fuerza y esperanza.
El eco de un héroe del pasado
El padre de Tatum no se limitó a ofrecer ánimo espiritual. También trajo a colación la historia de uno de los ídolos más grandes de su hijo: Kobe Bryant. El legendario jugador de los Lakers también sufrió una rotura de tendón de Aquiles en 2013, pero antes de salir de la cancha, se mantuvo en pie para anotar dos tiros libres. Ese acto de coraje quedó como símbolo eterno de fortaleza mental en la NBA.
La evocación de Kobe sirvió como una guía para Tatum, como una forma de decirle que incluso los más grandes atraviesan momentos oscuros, y que la grandeza también se forja en la adversidad.
El impacto en el vestuario y la NBA
La lesión de Tatum no solo afectó al entorno cercano del jugador. Desde el otro lado del parquet, el base de los Knicks, Jalen Brunson, detuvo su conferencia de prensa para enviar oraciones y buenos deseos a su rival. El entrenador neoyorquino Tom Thibodeau también expresó su apoyo, demostrando que, incluso en plena batalla de playoffs, la humanidad prevalece.
Jaylen Brown, compañero y cómplice de Tatum en la reconstrucción de los Celtics, quedó visiblemente conmovido al hablar de su amigo. “Es un golpe muy duro. No solo perdemos a un jugador, perdemos a nuestro líder”, declaró.
Una temporada que pudo ser y un futuro incierto
Tatum ya fue operado con éxito del tendón de Aquiles, pero su baja representa mucho más que una ausencia temporal. Los Celtics ahora se enfrentan a una eliminación inminente, con un equipo golpeado anímicamente y sin su faro en la cancha. El Juego 5 ante los Knicks en el TD Garden podría marcar el fin de una campaña con aspiraciones de título.
Además, las especulaciones ya se disparan: ¿cambiará esta lesión el rumbo del equipo? ¿Habrá una reconstrucción más profunda de lo anticipado? Equipos como Houston Rockets y San Antonio Spurs ya han sido vinculados a posibles movimientos con Boston.
Un mensaje que trasciende la cancha
La historia de Jayson Tatum y su mensaje a su padre no es simplemente una nota más en los titulares de los playoffs. Es un recordatorio de lo frágiles que pueden ser incluso las estrellas más brillantes. Es una ventana al alma de un atleta en su momento más vulnerable. Y es, sobre todo, una historia de amor entre padre e hijo que inspira más allá del deporte.
Tatum no estará en la duela por muchos meses. Pero su espíritu, su lucha interna y su deseo de volver más fuerte ya están cimentando el camino para el regreso. Y cuando eso ocurra, no será solo un regreso físico: será la resurrección de un guerrero marcado por el dolor, pero impulsado por la fe, la familia y la historia.