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Si no fuera por el hecho de que el francés Victor Wembanyama tiene prácticamente asegurado ser el pick número uno en el próximo Draft de la NBA, ese puesto caería en manos de, sin duda, Scoot Henderson, la más grande joya que tiene el baloncesto estadounidense.

El base, que juega en el NBA Ignite de la G-League, la liga de desarrollo de la NBA y que ha participado en los últimos dos All-Star Weekends como miembro del equipo de jóvenes promesas en el Rising Star Challenge, ha acaparado toda la atención tras promediar 18,3 puntos, 4,8 rebotes y 6,7 asistencias en el presente curso.

Si bien lo han comparado como una versión más explosiva del juego de Russell Westbrook o Derrick Rose, Henderson no quiere saber nada con dichos comentarios y quiere forjarse su propio nombre desde el inicio. Y sabe que está listo.

“Esas comparaciones son una tontería. Quiero explotar mi mejor versión. Estoy listo. Solo estoy tratando de prepararme para el siguiente nivel. Me siento justo ahí. Estoy listo. Sé que lo estoy. Puede haber un equipo que necesite un líder. Alguien capaz de hablar, de comunicarse sobre la cancha. Creo que puedo marcar la diferencia”, aseguró el base.

Henderson ya ha tomado nota de los equipos en los que podría jugar, siendo San Antonio Spurs y Houston Rockets los más probables, dependiendo de su fortuna en la lotería del Draft. Scoot ya ha comenzado su propio scouting y ha admitido analizar a los jugadores jóvenes de cada uno de los equipos. Incluso se ha imaginado compartiendo cancha con Scottie Barnes de Toronto o Ja Morant de Memphis.

“Un backcourtcon dos bases sería una locura. Los juegos exteriores explosivos e inteligente son geniales para mí. Puedo encajar perfectamente con una franquicia que decida jugar de esa manera”, admitió Henderson que ya se siente listo para impactar en la NBA, independientemente de en qué posición lo elijan.