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En los momentos decisivos, los grandes nombres emergen. Así ha sido la regla no escrita del deporte, y nadie encarna mejor esa narrativa en la NBA actual que Stephen Curry. Este domingo 13 de abril, el astro de los Golden State Warriors enfrenta no solo a los siempre competitivos Los Angeles Clippers, sino también a un enemigo más personal y silencioso: una lesión en el pulgar derecho que amenaza con afectar su rendimiento en el duelo más trascendental de la temporada.
El partido final de la fase regular no es uno más en el calendario. Para Golden State, significa la diferencia entre acceder directamente a los playoffs o caer al incierto terreno del torneo Play-In. Una victoria los posicionaría como sextos en el Oeste y les permitiría enfrentar a Los Angeles Lakers en la primera ronda. Una derrota, sin embargo, los arrastraría a un camino más complicado, empezando por un duelo contra Memphis Grizzlies y, posiblemente, una segunda oportunidad ante el ganador del enfrentamiento entre Sacramento Kings y Dallas Mavericks.
Pero mientras el panorama se complica, Curry se mantiene firme. “Solo fue una agravación”, dijo el base estrella luego de que la dolencia resurgiera en el partido anterior frente a los Portland Trail Blazers. Aunque tuvo que abandonar ese juego y someterse a rayos X —que afortunadamente no revelaron daños mayores—, la realidad es que el dolor persiste. Sin embargo, lejos de refugiarse en excusas, Curry ya ha asegurado que estará en la cancha.
Una molestia que persiste desde enero
La lesión no es nueva. Desde enero, Curry ha lidiado con esta molestia en su pulgar de tiro, un factor que puede ser crucial en su capacidad para lanzar con precisión desde larga distancia. El viernes, durante la victoria sobre Portland, volvió a sentir el pinchazo, una señal de que la situación no está completamente resuelta.
“No creo que sea grave, pero definitivamente duele”, confesó el base. Incluso admitió que la molestia le ha afectado levemente su tiro, aunque también restó dramatismo. Para Curry, lo importante es estar en el parqué cuando más lo necesita su equipo. Y este partido, lo ha descrito como un “duelo con vibra de Juego 7”.
La temporada en una jugada
Golden State tiene claro el peso del enfrentamiento. Las consecuencias de una derrota no solo afectan el lugar en la clasificación, sino también la moral y el desgaste físico de un equipo que ha atravesado altibajos durante toda la campaña. Con Curry como eje, los Warriors buscan reencontrarse con la consistencia que los llevó al campeonato en 2022.
El problema es que el rival de turno tampoco es fácil. Aunque los Clippers no contaron con Kawhi Leonard en ninguno de los tres enfrentamientos previos —todos ganados por el conjunto angelino—, tampoco los Warriors tenían en aquel entonces la versión más completa de su plantilla. Jimmy Butler, otro refuerzo clave de los Clippers, tampoco había debutado aún contra Golden State. Esta vez, ambos equipos llegan con armas más afiladas y mayor sentido de urgencia.
Parte médico: dudas y certezas
Además de Curry, el único jugador en duda por parte de los Warriors es Gary Payton II, quien arrastra una fractura nasal pero se encuentra disponible. En el lado de los Clippers, se confirmó la baja de Nicolas Batum (lesión en la ingle) y Patty Mills (enfermedad).
Con todo sobre la mesa, la noche del domingo promete emociones fuertes. La veteranía de Curry, su tenacidad a pesar del dolor y la necesidad de su equipo de evitar el Play-In, componen una historia con todos los ingredientes del drama deportivo moderno.
¿Puede Stephen Curry convertirse en el héroe una vez más? La respuesta está a unas horas de escribirse. Mientras tanto, los fanáticos del baloncesto en todo el mundo se preparan para presenciar uno de los capítulos más apasionantes de esta temporada. Una vez más, todos los ojos estarán puestos en el número 30. Porque cuando más duele, es cuando más importa.