Steve Kerr sabe que en un juego siete, los breaks romperían para los Celtics y entonces quiere aprovechar el momento y acabar todo mañana en el sexto partido de la Final de la NBA, allí, en el mismo corazón de Boston.

El reto es difícil, pero ya a estas alturas, con seis Finales jugadas en ocho años, con un núcleo de jugadores consolidados, con un nombre que es ya una de las grandes dinastías en la historia del baloncesto; cuando las cosas son de estas maneras, los retos parecen algo común, cosas del día a día.

El único modo de regresar

Kerr piensa en el regreso a San Francisco, ya con en el trofeo en la mano, una corona mas que simbólica, pues es la Final 75, un campeonato que es un soplo de brisa fresca después de dos años de pandemia y además en lo meramente deportivo, es la constancia de que, en el siglo XXI, los Golden State Warriors reescribieron la historia, a la par de Lakers, de Celtics, de Spurs.

El coach del elenco californiano aseguró a los medios, como The Athletic y NBA.com que no pretende ir al TD Garden a especular, no, sabe lo que tiene que hacer allí en el feudo donde Ime Udoka y sus muchachos se han hecho casi inexpugnables; simplemente mantener esa presión constante desde el minuto uno, la misma que ha limitado la circulación del balón a los verdes, llevándolos a tener malas posesiones y a estar totalmente desacertados en el tiro exterior.

Números que dictan sentencia

Un reflejo de lo que hablamos se puede ver en el juego cinco, cuando los Celtics perdieron hasta 18 balones, generándole 22 cartones a los Warriors y apuntalando un dato más que crítico en este sentido; con estas cifras, el total de puntos permitidos por Boston en esta serie ha sido de 103… de lágrimas, diría, para ser benevolente.

Luego de mostrarse parejo el duelo, en los primeros cuatro desafíos, en los juegos 4 y 5, el mejor físico de los Warriors esta saliendo a flote, pues a ciencia cierta, los Celtics llegaron a esta instancia después de disputar dos cotejos de siete encuentros ante los Bucks y Miami Heat y esto puede estar pasándole factura.

¿Qué pasara?, la cancha dirá pero Steve Kerr apostara todo para terminar la batalla este 16 de junio.