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Alemania, campeona, Serbia, plata, Canadá bronce y Estados Unidos una vez más sin medalla. Dos selecciones europeas en los dos primeros puestos con las dos potencias NBA por detrás, sorprendente para mal sobre todo lo del Team USA, pues la selección canadiense, empezando a construir su ciclo, saborea un auténtico éxito al colgarse la primera medalla mundialista de su historia. Un panorama que confirma que algo está cambiando, si no ha cambiado ya como vino a decir Steve Kerr.
Es cierto que este escenario se ve solo en los Mundiales, torneo que nunca fue prioritario para Estados Unidos. Distinto es, claramente, en los Juegos Olímpicos, certamen en el que solo una vez se quedaron sin medalla dorada (Atenas 2004) desde que acuden a la cita los NBA. Pero incluso en lo JJOO se ha visto un cambio de paradigma. Ni siquiera llevando lo mejor que tiene a disposición, el programa de baloncesto estadounidense puede ganar torneos de forma cómoda. Tokio 2020 fue una muestra de ellos. Cayeron ante Francia en el debut y sufrieron para ganarle al mismo conjunto galo en la final por 87-82.
“¿Necesitamos recordatorios de la narrativa USA-FIBA? Ya hemos superado esto, estos equipos son realmente buenos”, señaló el seleccionador estadounidense en declaraciones a la prensa tras perder también el bronce ante Canadá. Estados Unidos se quedó sin subir al podio por segundo Mundial consecutivo, algo que no sucedía desde los 60. Cabe destacar que Estados Unidos llevó a Filipinas, Indonesia y Japón un plantel muy joven en el que solo tres jugadores superan los cinco años de experiencia en la liga. De todas formas, la juventud e inexperiencia no es excusa para los que se autoproclaman “Campeones del Mundo” al ganar la NBA.
“Estaba en el coaching staff de China 2019, cuando finalizamos séptimos. Estados Unidos no ha ganado un Mundial desde 2014, es duro. Estos equipos en FIBA son realmente buenos, bien entrenados, y ellos tienen continuidad. Es difícil para nosotros construir continuidad con el Team USA. Lo que hemos intentado hacer es aprender lo que gana un partido FIBA. Nosotros realmente estudiamos todo sobre FIBA, la historia del baloncesto de Estados Unidos: cuándo ganamos, cuál fue la razón, y cuando perdimos, cuál fue la razón. Estudiamos todas esas cosas. No defendimos bien contra Alemania y Canadá y este es el resultado”, lamentó Kerr.
“La NBA es muy diferente de la FIBA, seguro. No siempre podemos traer a los mismos jugadores, que priorizan descansar y prepararse ante el saturado calendario de la liga. Pienso que hay algunas cosas del juego FIBA que serían buenas para la NBA y viceversa. Pero esa es una conversación más larga que sólo contestar esta pregunta aquí. Pero hay mucho por aprender, seguro”, concluyó el técnico del Team USA.
Es difícil pensar que la soberbia y la displicencia del juego de Estados Unidos cada vez que tiene que “rebajarse” a disputar estos torneos pueda aprender sobre el baloncesto de otros países. Pero si los fracasos siguen apareciendo, no va a quedar otra que hacerlo. Los golpes de los mundiales de 2002 y 2006, sumado a la mencionada experiencia en Atenas 2004 hicieron que se gestara el “Redeem Team” para volver a dejar en lo alto al país creador del baloncesto. Un séptimo y cuarto puesto en dos mundiales seguidos son un claro llamado de atención a menos de un año para París 2024. Y no ganar el oro en los Juegos Olímpicos sería un golpe demasiado duro, no solo para el orgullo de la NBA, sino para toda la estructura de la liga.