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Ser elegido con el primer pick del Draft de la NBA es una bendición para los jóvenes que se presentan a la ceremonia. Es la máxima confirmación de que una franquicia confía en tu talento por encima de los cientos de candidatos que hay. Además, eso trae consigo un gran salario y una imagen de marketing cada vez mayor.

Por eso mismo, no son pocos los que han cedido ante esa presión de tener que rendir en el puesto desde el primer momento, más aún cuando el hype es mayor. Y a Victor Wembanyama le sucedió algo parecido. Las cámaras no se despegaron de él desde el Draft y hasta una mini sesión informal de tiro en la que falló varios intentos seguidos fue objeto de críticas y dudas hacia el francés.

Por si fuera poco, su debut del viernes en la Summer League de Las Vegas lo puso en la mira tras una planilla “descafeinada” de nueve puntos, ocho rebotes, tres asistencias y cinco tapas en la victoria de su equipo ante Charlotte Hornets. Incluso el mismo pívot reconoció que “no sabía lo que estaba sucediendo en la cancha”. Pero vaya si cambió el chip.

En la jornada de anoche, los Spurs cayeron ante Portland, pero el resultado quedó en segundo plano ya que los flashes se los llevó Wemby con una actuación que dejó ver, al fin, todo su potencial. 27 puntos (7 de 10 en tiros de 2, 2 de 4 en triples y 7 de 12 tiros libres), 12 rebotes, 1 robo y 3 tapones en sólo 27 minutos en la derrota 80-85 ante los Blazers.

“Creo que el mejor espectáculo para los fanáticos es la victoria”, dijo Wembanyama en rueda de prensa tras perder contra Portland a pesar de su buen partido. Lo cierto es que el juego colectivo de San Antonio no apareció y el sprint final para remontar el juego no fue suficiente. Pero para los fanáticos, fue un alivio ver como su nueva figura entra en ritmo de competencia.