Hay veces parece un tipo tan testarudo y obsesionado que lo veo como un capitán Ahab, así, quisquilloso, ciego, buscando su venganza casi siempre sin rumbo fijo.

La brecha entre Ahab, el mítico personaje de Herman Melville en Moby Dick y Aaron Boone parece abismal pero no, los sigo viendo muy de cerca.

Ahab busca la ballena blanca, Boone busca algo con el mismo desespero e igual locura, quizás un talismán o una especie de amuleto.

 El contexto

En este punto con unos diez juegos caminados, Aaron Boone se aferra al impacto de Josh Donaldson en la artillería de los Mulos y lo hace con una fe total, casi ciega.

Donaldson incluso es el que más ponches tiene en el equipo y al instante de escribir este texto tenía 13 pero así y todo, el manager de los Bombarderos se mantiene fiel su postura de darle juego al experimentado jugador.

Hay par de buenas conexiones que dan la idea de todo lo que puede hacer Josh Donaldson en el campo, par de buenas conexiones y ese hit en el primer juego ante los Medias Rojas para decidir en extrainings.

Ese batazo ya es simbólico y en el universo de los Yankees eso es oro molido y ahí está el mismo Boone para confirmarlo con su jonrón en 2003.

Realidad vs Ficción

Como sea hay una alta dosis de idealismo que no deja ver más allá y no solo están los ponches de Donaldson, no, también su pobre OPS de 454, nada que ver con el promedio de casi 800 registrado en 2021 con los Mellizos de Minnesota.

Boone quiere a Josh Donaldson ahí en el campo, de primero o de quinto, pero lo quiere y casi lo declara como bateador designado vitalicio pues confía en que el juego diario y la cantidad de turnos lo lleven a la forma top.

El estratega ha dejado bien clara su postura y no le preocupa la forma actual de Donaldson ni sus ponches, no, él quiere que juegue.

Números

En la campaña anterior, Josh Donaldson disputó 34 choques como designado con los Mellizos, la mayor cantidad de su carrera, logrando un OPS de 708.

Al mismo tiempo, disputaba 91 juegos como tercera base y su OPS ascendía hasta los 871.

Los números hablan a las claras y Aaron Boone gusta de manejar estadísticas cuando entiende que debe hacerlo, cuando no, parece lo hace por una cuestión de fe ciega o capricho.

Por encima de todo hay una verdad, los Yankees necesitan batear y sus dos derrotas ante los Orioles de Baltimore con lechada incluida este domingo, así lo demuestra; es algo más allá de Josh Donaldson y hasta de Aaron Boone.

No se trata de confianza ni de esperar una determinada cantidad de swings para buscar el mejor swing, no tampoco se trata de lo poner a un pelotero como centro; la cuestión es de victorias y derrotas, ahí se define todo.