Todo se concatenó a la perfección; Rafael Devers conectó el primer Grand Slam de su carrera, el pitcheo relevo respondió y los Medias Rojas de Boston fabricaron otra vez nueve carreras en esta temporada de Grandes Ligas.
Tuvo que pasar casi un mes para que los de Fenway Park volvieran a producir en grande pues desde el 13 de abril pasado no se acercaban a la decena de anotaciones.
El desborde ofensivo llegó en el mejor momento, para romper una racha de cinco derrotas seguidas, incluyendo una barrida en casa ante los Medias Blancas de Chicago.
Los hechos
Los del este de la Liga Americana ganaron 9-4 a los Bravos de Atlanta para alcanzar las 11 victorias y no solo Devers se mostró encendido, quizás como una iluminación, Trevor Story pegó un sencillo productor de dos carreras y revivió el peso de su bate.
La esencia de todo podría estar en una cábala y en este sentido, la barba del manager Alex Cora abría pagado las culpas por el mal comienzo, ya que el timonel de los Medias Rojas apareció afeitado para este partido, dejando atrás su anterior aspecto, con el que se había presentado a comienzos de marzo.
Cuestión de identidad
Y como si de un maleficio se tratara, tal vez con el espíritu de las brujas de Salem merodeando y de Arthur Miller también mirando para contar la historia; las cosas fluyeron de la mejor manera para que los Medias Rojas se sacudieran un poco el lastre de este comienzo para el olvido.
Hasta cierto punto, la mística, la superstición, las creencias en lo sobrenatural, las mismas cábalas de hecho; todo forma parte del imaginario popular, de la cultura misma de Nueva Inglaterra, casi como un símbolo, como Paul Revere, como la Fiesta del Té, como Lexington y Concord; en todo, hay un toque medio supersticioso y eso fue lo que pudo haber buscado Alex Cota para acabar con el mal momento y cambiar el juego de su equipo.
Lo cierto es que no puede haber mejor indicio para pensar en el posible efecto de ver a Cora sin barba que la victoria ante los Bravos de Atlanta.
Ya algunos hablan incluso de Serie Mundial otra vez pero no creo sea para tanto, como quiera habrá que esperar, por ahora, se trata de una historia interesante.