Alex Cora tiró de su abridor Nathan Eovaldi en la 9na entrada del partido #4 y el movimiento le salió mal. Incluso cuando debió haber salido sin problemas si el umpire de home plate cantaba los lanzamientos correctamente, al final el error humano es parte del juego y debemos aceptarlo. Sin embargo, Nathan no estuvo dominante y su relevo fue el inicio de la debacle de los Red Sox en el juego 4 donde los Astros empataron la serie.
¿Fue una buena decisión traer a Eovaldi? Es cierto que quizás no estaríamos debatiendo esto si Nathan hubiera sacado el cero en dicha entrada. Pero que eso no nos impida analizar la situación.
He sido un defensor de la estrategia de usar abridores como relevistas en postemporada. El ambiente cambia, la presión es mayor, los juegos valen más y la opción que más le garantiza mantener las altas probabilidades de ganar un juego en muchos casos es traer a un abridor.
Sin embargo, esto debería ser factible solo cuando el dirigente tiene la necesidad de hacerlo. Por ejemplo, Dave Roberts tenia la necesidad de traer a Urías en la 8va entrada del juego 2 de la SCLN, pues necesitaba un zurdo que enfrentara una tanda de tres zurdos de manera consecutiva y Urías era su único zurdo de confianza disponible en ese momento.
Pero, ¿cuál era la necesidad de Cora usar a Eovaldi? Ninguna. El relevo de Cora estaba totalmente descansado, su abridor estaba en una salida de calidad muy eficiente donde podía extenderse tras retirar a los últimos 6 bateadores que enfrentó. Incluso, el manejo del picheo de Cora indicaba que desde un principio tenia la idea de que Eovaldi lanzara, Brassier nunca se levanto a relevar y Ottavino fue gastado tras sacar 1 out.
Alex Cora usó a Eovaldi sin ser necesario, fue más un capricho del dirigente o un deseo del lanzador que le cumplió su dirigente.
Mike Pitriello tiene razón al decir que los dirigentes están abusando del abridor en rol de relevo.