Como en una escena de una película de suspenso, los dos hombres se miran, uno lo hace a conciencia, mirando al televisor, el otro de modo inconsciente, como algo normal mira a la cámara y a su vez también enfoca la mirada en el hombre que lo está mirando, a veces de modo fijo, otras veces de soslayo, pero se miran y en esas miradas lo dicen todo, ambos viven realidades diferentes, uno está lanzando en Grandes Ligas como si estuviera en Detroit doce años atrás, el otro se recupera de una lesión y está ansioso por volver a competir.
Justin Verlander y Max Scherzer fueron compañeros una vez cuando vestían el uniforme de los Tigres y hoy, el presente de uno pone en perspectiva el del otro, Verlander apunta al Cy Young otra vez, Scherzer no ha podido casi lanzar está temporada.
En retrospectiva
En este punto una idea se impone, los Mets se han olvidado de batear y la expresión suena como a sentencia en la corte de un juzgado o como un golpe seco en la cara, lo cierto es que es real, los de Queens han enfriado sus bates, pero este fenómeno tiene un claro precedente, la salida por lesión de Max Scherzer el pasado 18 de mayo.
Los números muestran que desde ese entonces los muchachos de Showalter solo han compilado un endeble 232 y si se sostienen en el primer lugar de la división es porque hombres como Taijuan Walker; Trevor Williams y David Peterson están haciendo el trabajo.
La situación es tal que el elenco neoyorquino ha visto como los Bravos de Atlanta, con su racha de 21-5 en el mes de junio, se han situado solo a tres juegos en este período después de llevar más de 10 juegos de ventaja y entonces la situación adquiere matices algo oscuros, pues el descenso ha sido marcado, sobre todo con una ofensiva silenciada donde el madero de Pete Alonso ha sido el gran referente.
Un cuadro surrealista
Si algo faltaba para decorar el cuadro surrealista que dibujan los Mets en este tramo de temporada es que Justin Verlander se desbordara en pleno Citi Field, caminando 8 tramos inmaculados y Max Scherzer mirando desde el retrovisor como su compañero hacia lucir bien pequeño a su equipo actual.
La gente pide el regreso a gritos de Scherzer y de Jacob deGrom y todo parece indicar que el momento está bien cerca, quizás para este mismo fin de semana, pero el tiempo, ante tanta ansiedad acumulada se hace eterno.
Este miércoles Scherzer hizo un trabajo inconmensurable también en doble A, una apertura de 80 lanzamientos y dejó buenas sensaciones, por lo cual todo apunta, como señala Jon Heyman de The New York Post, que el regreso está cerca.
Hace un mes no había problemas, todo estaba bien, incluso semanas atrás, sin Scherzer y deGrom todo marchaba bien pero hoy a las puertas de julio, la llamarada comienza a expandirse y como nunca, Max Scherzer deberá llegar para apagar el fuego y erigirse como el salvador.