Los Yankees de Nueva York sacaron a relucir su chapa y ganaron el bonito. Cuando la situación exigía gallardía y aplomo por parte de la novena más ganadora en la historia del béisbol, esta dio la cara y se hizo grande en el momento crucial. Con una estruendosa victoria de 5×1 sobre los Guardianes de Cleveland, los Bombarderos avanzaron a la Serie de Campeonato de la Liga Americana y harán frente a los Astros de Houston en un cruce que promete ser de infarto.
En el triunfo yankista varios fueron los protagonistas, pero sin dudas un lugar especial en la historia ocupa el primera base Anthony Rizzo, quien dejó para el delirio y posterior recuerdo de los fanáticos una jugada que seguramente será venerada por mucho tiempo.
En una muestra de la excepcional defensa que le ha permitido 4 premios Guante de Oro como defensor de la esquina fría, el nacido en Parkland, Florida, concretó un out de leyenda jugándose incluso su integridad física ante la barrida de un oponente.
Prevaleció la calidad
Corría la parte alta del cuarto episodio, ganaban los dueños de casa por marcador de 4×1, había par de outs en la pizarra y corría un hombre en la intermedia cuando el camarero y séptimo en el orden del mánager Terry Francona, el venezolano Andrés Giménez, disparó un fuerte batazo por terrenos de la inicial. Parecía que sería un imparable, pero ahí estaba Rizzo con su mascotín para decir que no.
con un movimiento fluido tomó la bola en medio de un giro para posteriormente lanzarse de cabeza a la primera base, y tocarla con la mano enguantada para retirar al corredor de turno y finalizar la entrada.
Más tarde, la repetición demostró que había sido quieto el jugador de los Guardians, pero al no poner en reclamo la acción su timonel, el veredicto del árbitro no varió. De todos modos, enorme intervención del ex de los Cachorros de Chicago.
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