Los Yankees de Nueva York han vuelto a terminar una temporada para el olvido en el béisbol de las Grandes Ligas. Este ciclo 2022 prometía ser bastante provechoso para ellos, pero se torció cuando menos lo esperaban. Luego de ganar la División Este de la Liga Americana ganando 99 encuentros de un total de 162, arribaron a los playoffs como principales favoritos y, aun así, sucumbieron ante el villano de siempre: los Astros de Houston.
Debido a esto, es lógico que el conjunto de la Gran Manzana comience a pensar en su futuro y que el mismo esté plagado de cambios y renovaciones en todos los niveles. Uno de los más obvios parece ser el del puesto de cerrador, ya que el contrato del cubano Aroldis Chapman llegó a su fin y parece un hecho que no será renovado.
Ahora, la gran pregunta es por qué no conseguirá un nuevo acuerdo el cubano, pero basta comenzar a indagar en las estadísticas y también en el impacto económico que generó su contrato para comprender los intríngulis del asunto.
Mucho número y poca evidencia
Después de 7 calendarios con los Bombarderos, el registro de Chapman es de 24 victorias y 14 derrotas, acompañado de una efectividad de 2.94 y 453 ponches, así como también 153 juegos salvados. Uno podría plantarse y afirmar que estos números no son malos, pero todo se tuerce cuando se echa un vistazo a la postemporada.
Una alta efectividad de 6.75 en Series de Campeonato exhibe El Misil Cubano y no solo eso, sino que también es el protagonista de los recuerdos de cuadrangulares épicos que condenaron a los Yankees conectados por José Altuve (Astros de Houston, 2019) y Mike Brosseau (Rays de Tampa, 2020).
El último clavo en el ataúd
Aunada a sus fallos en momentos claves está la nefasta zafra 2022, en la cual no pudo mantenerse sano y tampoco sostener el comando de sus lanzamientos. Esto se vio reflejado en su promedio de pitcheo el cual ascendió a 4.46, al igual que en la decisión del mánager Aaron Boone de no tomarlo en cuenta para la fase de eliminación directa.
Si a todo eso le añadimos que Aroldis cobra más de 16 millones de dólares por año, no nos queda más que entender por qué los Mulos del Bronx no lo tomarán en cuenta para el futuro y tampoco podemos negar que esta no fue una buena inversión a largo plazo.
Para los Yankees solo vale ser campeones y el isleño ciertamente privó a los suyos de estar más cerca de ese objetivo en varias ocasiones. Fue un claro error apostar de esa manera por un jugador que no está sobre el terreno todos los días y que podía (de hecho, pasó) desmoronarse en cualquier instante.