David Ortiz, quien saltó a la fama como bateador designado de los Medias Rojas de Boston, fue recibido oficialmente en el Salón de la Fama el domingo como parte de la ceremonia de inducción de este año en Cooperstown, Nueva York.
Además de Ortiz, el Salón de la Fama abrió sus puertas a otras seis personas: Tony Oliva y Jim Kaat, así como al fallecido Bud Fowler, a Gil Hodges, Minnie Miñoso y Buck O’Neil.
Ortiz usó su discurso para agradecer a la organización de los Medias Rojas por ayudarlo a convertirse en el jugador en el que se convirtió.
“No puedo agradecerles lo suficiente por fortalecerme y apoyarme a lo largo de los años. Esa organización me convirtió en el hombre que soy hoy”.
En su discurso, Ortiz habló en español mientras se dirigía a su familia y a sus fans dominicanos. También agradeció el liderazgo de los Medias Rojas, gritó a su viejo amigo Pedro Martínez en español, a varios de sus otros ex compañeros de equipo de los Medias Rojas y a Boston durante su discurso de 20 minutos.
Este es el discurso de Ortiz:
Ortiz se unió a los Medias Rojas como agente libre después de la temporada 2002. Pasó partes de las seis temporadas anteriores con los Minnesota Twins, con quienes bateó para un OPS+ de 108 con 58 jonrones en 455 juegos.
Los Mellizos, por su parte, lo habían adquirido originalmente en un canje con los Marineros de Seattle que también involucró a Dave Hollins. A pesar de su primera temporada con los Medias Rojas marcando su campaña de 27 años, pudo conseguir una carrera de 14 años que lo llevó a Cooperstown.
Con los Medias Rojas, Ortiz bateó .290/.386/.570 (148 OPS+) con 483 jonrones en 1,953 juegos. Hizo 10 apariciones en el Juego de Estrellas, ganó siete premios Silver Slugger y recibió la consideración del premio al Jugador Más Valioso en ocho ocasiones.
Ortiz, quien mostró una inclinación por registrar grandes éxitos en momentos importantes, también ganó tres títulos de Serie Mundial, incluido uno para romper la “Maldición del Bambino” en 2004.
No es de extrañar, entonces, que Ortiz fuera votado para el Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad con casi el 78 por ciento de los votos, ni que su placa lo mostrara con una gorra de los Medias Rojas.