Los Astros de Houston han sido uno de los equipos más constantes en los últimos años de las Grandes Ligas, eso seguro. No por nada han alcanzado a disputar las últimas 5 Series de Campeonato de la Liga Americana, venciendo en 3 de ellas y llevándose la Serie Mundial de 2017. Esto da fe de una escuadra constante que ha marcado el ritmo de una época.

En la presente campaña se dirigen a un destino similar, liderando la División Oeste del joven circuito con récord de 70 victorias y 39 derrotas y sacándole 12 juegos de ventaja a sus más cercanos perseguidores, los Marineros de Seattle. Es casi un hecho de que se harán con su quinto banderín de la zona en 6 años.

No obstante, hay algo que debería preocupar a la tropa sideral de cara al futuro y es su rotación abridora, puesto que aunque a día de hoy luce muy sólida, eso podría torcerse del 2023 en adelante si no se realizan los ajustes pertinentes.

Se iría la piedra angular

Tras su salida más reciente, el as Justin Verlander llegó a 130 entradas de labor en el ciclo en curso, lo que activó la cláusula de su contrato que le permite anular el último año del mismo (2023) y probar suerte en la agencia libre, decisión que tomará casi con total seguridad una vez que la temporada llegue a su fin, más tomando en cuenta lo bien que le está yendo y que podría ganar el premio Cy Young de la Liga Americana (el tercero de su carrera).

Perderían mucha fuerza

La ida de Verlander dejaría a los Astros con un cuerpo de abridores donde solo tienen nota de aprobados los dominicanos Framber Valdez y Cristian Javier, mientras que el mexicano José Urquidy y el venezolano Luis García batallan presentación tras presentación para mantener su efectividad dentro de los límites aceptables.

Por otra parte, la salida de Jake Odorizzi rumbo a los Bravos de Atlanta y las constantes lesiones de Lance McCullers Jr. hacen que peligre grandemente el nivel del cuerpo de iniciadores de Houston. ¿Intentarán convencer a Justin de que se quede o buscarán otro elemento en la temporada baja que le sustituya? No se sabe qué harán los texanos, pero algo deben decidir si no quieren ver mermadas sus posibilidades en los años venideros.