Eterno, eterno y polémico y tal vez no exista otro calificativo para definir el legado y el debate sobre la figura de Barry Bonds. Sí, Barry Bonds, el mismo hombre que ilusionó a todos allá por los años 90 del pasado siglo, ese que después emergió como una especie de Judas dentro del béisbol.

Amado y odiado por muchos, vilipendiado, idolatrado también y hay tantos modos de ver a Bonds; los Piratas de Pittsburgh, los Gigantes de San Francisco, Mark McGwire, 60, 70 y luego 73 y entonces ese día, 7 de octubre de 2001, hace 21 años ya, Bonds, por encima de todos los estigmas entró a la inmortalidad.

El hito

Así, comenzando el siglo XXI, un año antes de que los Gigantes de San Francisco llegaran a la Serie Mundial ante los Angelinos de Anaheim, Bonds se convirtió en el recordista absoluto en cuadrangulares, para una temporada de Grandes Ligas; tal como lo reseñan ESPN y MLB.com.

Las imágenes están guardadas en la memorabilia popular y la Fox incluyó el acontecimiento dentro los 50 Grandes Momentos de Grandes Ligas; Bonds, Chan Ho Park, miradas cruzadas, primero uno, 72, después otro, la magia…73 jonrones y entonces pocos pensaron en sustancias prohibidas o polémica alrededor del dopaje del recio toletero.

Más que números 

Cuarenta años después de aquella campaña de Roger Maris y transcurridos tres años de aquel mítico 1998 cuando McGwire y Sammy Sosa se robaron el show… en ese 2001, era el turno de Bonds y lo hizo por todo lo alto; no solo con su récord de vuelacercas, también estableció marcas en slugging con 863, bases por bolas con 171 y frecuencia de jonrones con 6,52; de acuerdo con Baseball Almanac.

De igual modo sus 131 carreras impulsadas representaron un registro personal y el OPS de 515 fue el más alto en la Liga Nacional desde que en 1900 el célebre John McGraw estampara su huella en las estadísticas.

Volviendo al punto, la polémica, el debate sobre la legitimidad del legado o Bonds, el dopaje, la mentira, la desilusión…como sea, la impronta está y es algo de lo que no se puede renegar tan fácilmente.