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Los Cardenales de San Luis sorprendieron al mundo gratamente durante la temporada 2022 de las Grandes Ligas. Contra todo pronóstico acabaron con récord positivo y no solo eso, sino que lograron el avance a los playoffs ganando el banderín de la División Central de la Liga Nacional ante la fuerte oposición de unos Cerveceros de Milwaukee que eran claros favoritos. Esto fue muy meritorio ya que desde el año 2019 no lograban quedarse con el liderato de su zona.
Además, la campaña pasada fue importante también en términos de emotividad, ya que los Cardinals vieron como una de las máximas leyendas de su historia volvía a casa para hacerse un retiro triunfal con números para el recuerdo incluidos. Estamos hablando de Albert Pujols, quien puso punto final a su carrera como ligamayorista después de 22 increíbles zafras.
Por otra parte, despidieron a su receptor estrella, Yadier Molina, quien al igual que La Máquina decidió que ya había sido suficiente para él en el rey de los deportes, al menos como jugador activo. Por esto, al igual que su excolega dominicano, colgó los spikes tras 19 ciclos en el Big Show.
Sin embargo, desde que llegó el mercado invernal 2022-2023, la organización de San Luis ha estado como apagada, medio dormida, algo que no gusta demasiado a sus fanáticos. De hecho, el único anuncio de peso que han realizado es la incorporación de Willson Contreras, catcher ex de los Cachorros de Chicago desde la agencia libre. El acuerdo se cerró en 87.5 millones de dólares a cambio de 5 años de servicio y con una opción de extensión de una temporada más.
Si bien la adición del venezolano supone una mejora sustancial para el lineup del mánager Oliver Mármol, uno no puede imaginarse cómo será el futuro de unos Cards a los que, siendo honestos, les faltan talentos. De hecho, no podemos pasar por alto la partida del pitcher José Quintana a los Mets de Nueva York, algo que repercutirá en un cuerpo de lanzadores que ya de por sí era bastante flojo.
Lo más curioso y hasta preocupante del caso es que al menos hasta ahora, no han mostrado mayor interés en ninguna pieza de renombre, algo que sin dudas da a entender que el timonel dominicano deberá competir con lo que tiene. La gran pregunta es: ¿Será suficiente?