Los Yankees de Nueva York parecen no adolecer la falta de Aroldis Chapman debido a una tendinitis en el tendón de Aquiles. Sus últimos episodios siguen estando a salvo gracias a la intervención de una figura inesperada que no estaba en los planes, pero que poco a poco se fue colando hasta convertirse en una piedra angular dentro de la confección del equipo por estos días. Estamos hablando de Clay Holmes.
La irrupción de este exlanzador de los Piratas de Pittsburgh fue, contra todo pronóstico, excelente por demás. Concedió a los Mulos del Bronx ese equilibrio perfecto que necesitaban para afrontar el siempre difícil inning final de cada juego con la confianza de tener un cerrojo de garantía que pueda conservar la ventaja construida durante todo el cotejo.
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No obstante, lo que llama la atención y lo que pone a pensar a más de uno es qué ocurrirá con él una vez que vuelva el estelar Misil Cubano. ¿Volverá a su rol de apafuegos Chapman o tendrá que vérselas con un Holmes desatado que parece no dar tregua? Es la decisión más difícil que podría afrontar en las próximas horas el mánager Aaron Boone.
Clay está que arde
Lo del diestro nacido en Alabama ya no es un rumor de pasillo, sino una realidad latente. Con registro de 4 victorias y 0 derrotas en 23 presentaciones, una efectividad de apenas 0.36, 6 juegos salvados, 26 ponches y un WHIP de 0.689, el dorsal 35 de los Bombarderos es por lejos, el relevista en mejor forma de toda la nómina.
Cada vez que sube al montículo se le ve con más aplomo y seguridad, por lo que no son solo las estadísticas las que lo señalan como el elegido para ser el nuevo cerrador de los Yankees, sino también la opinión de la mayoría de los expertos.
Números que no respaldan
Uno de los aspectos que no ayuda a Aroldis Chapman son sus dubitativas estadísticas en lo que va zafra. Su foja es de 0-2 y su promedio de pitcheo de 3.86 en 14 paradas sobre la lomita. Asimismo, posee 9 rescates, pero le han conectado 13 imparables en 14 entradas de labor y ha otorgado 10 boletos, lo que muestra un retroceso un su control.
Dicho esto, parece que la partida la estaría ganando Holmes, pero hay algo más: el prestigio. Sea como sea, el contratado para asumir el término de los compromisos es el nacido en Holguín, por lo que los Yankees tendrán que decidir entre hacerle justificar su salario o priorizar el éxito deportivo dándole continuidad a su sustituto. ¿Qué crees que terminarán haciendo?