El contacto fue a más de 100 millas por hora y fue un golpeo lindo, metiendo las caderas y barriendo el home plate con toda esa fuerza que lo caracteriza hasta situar la bola más allá de la barda del center field.

Ya había dado destellos de estar en muy buena forma durante el Spring Training, pero el momento de la acción era este, el que inició el jueves en la noche.

Framber Valdéz había tirado un juegazo, le había plantado cara al MVP Shohei Othani y el jonronazo de Yordan Alvárez fue la ginda del pastel.

Fracciones de segundos

La slider de Ryan Tepera no terminó su recorrido, no acabó de romper, se le quedó como flotando y una mecánica perfecta más unas 230 libras hicieron el resto.

Sin dudas es el mejor comienzo y todos lo saben, ya el cubano viene dando señales de un gran año y de mantenerse saludable, este podría ser el momento.

Hay una señal con matices promisorios y son los 33 bambinazos y las 104 carreras impulsadas del año pasado.

Otra perspectiva

Más alla incluso, viendolo desde otra óptica, los números lo dicen todo, sumando 162 partidos con los Astros, el portento Yordan Alvárez tiene ya 38 vuelacercas y 115 carreras impulsadas.

Hablamos de 162 juegos y no es hablar de una cifra cualquiera no, 162 juegos es equivalente a una temporada regular en Grandes Ligas, lo que traduce a las claras que el trabajo se puede hacer…llegar a ser MVP.

Es el camino

Con Yordan no se puede pensar en otra cosa y desde su debut en 2019 demostró su condición, una línea extendida del trabajo que venía haciendo desde su irrupción en las Series Nacionales, con los Leñadores de Las Tunas.

Y sí, no estará Carlos Correa pero esta la juventud y el empuje de Yordan Alvárez y eso lo saben todos, desde Dusty Baker hasta sus compañeros de equipo.

Los Astros ganaron y siempre se siente bien ganar, más cuando un hombre que está llamado a ser la cara de la franquicia, quizás en este mismo año, abrió su temporada con un batazo cargado de mucha ilusión.