Para nadie es un secreto que Brett Gardner es historia viva para los Yankees de Nueva York, al menos en los últimos tiempos. Él es el último sobreviviente en el equipo de aquella camada que logró ganar la Serie Mundial de 2009, última en las vitrinas del Yankee Stadium.
Sin embargo, su rendimiento desde hace tiempo ya no es el de antaño, motivo por el cual ahora mismo ambas posturas se encuentran alejadas. Aun así, Gardy podría volver al equipo en 2022 bajo un nuevo contrato de 1 año por cuarta vez consecutiva o en su defecto, seguir su camino en otra novena.
Entre la espada y la pared
Hace pocos días, Brett Gardner dejó claro a través de su representante que todavía no se retiraría del béisbol, a pesar de contar con 38 años de edad y 14 temporadas en su haber. Su deseo es mantenerse con el uniforme a rayas hasta el final de su carrera, pero las cosas no son tan sencillas y ante una posible negativa de los Bombarderos para tenerlo de vuelta en la venidera temporada, buscará otra organización.
Pero, ¿Merece la pena que los Yankees le contraten para esta zafra? Analicemos esta situación.
La razón dice que no, pero el corazón…
Si somos francos y objetivos, los Mulos del Bronx no deberían insistir con un toletero que ya parece haber quemado sus mejores cartuchos. Salvo por la temporada de 2019, en la que hilvanó línea ofensiva de .251/.325/.503, con 28 jonrones, 26 dobles, 74 carreras impulsadas y 86 anotadas, el rendimiento de este longevo jardinero ha decrecido paulatinamente.
Sus números de 2021 lo dejan en evidencia: línea ofensiva de .222/.327/.362, 10 jonrones, 16 dobles, 39 rayitas empujadas y 47 anotadas. Sin lugar a dudas, Brett Gardner ya no es el mismo.
Aun así, hay algo que va más allá de las estadísticas y que probablemente es lo que tenga en consideración la gerencia del club más ganador en la historia del rey de los deportes: la gratitud.
Gardy no debería irse por la puerta trasera
Aunque nadie de la organización lo haya manifestado, es evidente que con este guardabosques zurdo suceden otras cosas que nada tienen que ver con el juego. Es uno de los líderes del clubhouse, es la voz de aliento que siempre se escucha en los momentos difíciles y sobre todo, es el ejemplo a seguir de muchos de sus compañeros más jóvenes.
Hombres como Clint Frazier le idolatran, y muchos más le admiran y le respetan en gran medida. Por esa razón, no es tan sencillo dejarlo escapar y olvidarse de él como si de un cualquiera se tratase, porque realmente no lo es.
No obstante, la urgencia de éxito deportivo que padece la escuadra parece apremiar por estas fechas, por lo que no será fácil elegir entre conservar a un ícono o apostar por un beisbolista con un futuro promisorio y un gran campo de mejora.
¿Qué harías si la decisión estuviera en tus manos?