Henry Urrutia se llevó los máximos honores ofensivos en la ronda regular de la Liga Mexicana del Pacífico, vistiendo una vez más los colores de los Saraperos de Saltillo. El cubano completó una fastuosa campaña en el circuito azteca, al dejar promedio de .420 y se alzó como el líder bate, algo que para él ya era familiar en casa.
El apellido Urrutia no es nuevo en la LMP y menos en lo más alto de los renglones ofensivos. Hace varios años su padre Ermidelio y su primo Osmani Urrutia conquistaron el campeonato de bateo con la misma fórmula: destrozando el pitcheo en todo el sentido de la palabra.
Henry, es entonces el cuarto nacido en Cuba que logra el título de bateo en la competición durante este siglo. Los anteriores, habían sido: Bárbaro Cañizares (2011 con Oaxaca), Michel Abreu (2012 con Sultanes) y Yadir Drake (2017 con Durango), y tal hazaña genera entusiasmo en nuestras fronteras, puesto que el también inicialista repetirá con los Gigantes del Cibao en la Liga Dominicana, recordando que en la zafra anterior también se quedó con el Jugador Más Valioso de la liga.
El agradecimiento y las ganas de expresar su emoción por lo obtenido lo llevaron a compartir con sus seguidores en su cuenta de Instagram estas palabras:
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Aunque la campaña de Saltillo fue lo que le sigue a decepcionante (quedaron sextos de la zona norte a 24 juegos del puesto uno), el de Las Tunas hizo todo lo que podía, y no fue suficiente. Urrutia concluyó segundo en hits (140), slugging (.733) y OPS (.1212), además de ser tercero en dobles (29), cuarto en OBP (.479), sexto en impulsadas (88) y anotadas (80), y séptimo en cuadrangulares (25).
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De esta manera, Urrutia cierra otra positiva experiencia en la tierra del mariachi, a la que llegó en 2018, luego de cinco años en la Serie Nacional Cubana y su graduación en Grandes Ligas con los Orioles de Baltimore. Este año, estuvo con los Diablos Rojos del México y los Guerreros de Oaxaca, en 2019 comenzó con los Toros de Tijuana y desde el final de esa contienda tiene una membrecía en el corazón de los Saraperos.