Se veía venir, pues tanto uno como el otro estaban pasando por malos momentos en cuanto a rendimiento y el contexto obligaba a los dos dar lo mejor en el campo; por un lado Cody Bellinger debía reafirmar de una vez aquella condición de MVP que un día lo llevo a ser de los mejores jugadores del béisbol, por el otro, Joey Gallo necesitaba despojarse de todo lo que tuviera que ver con los Yankees de Nueva York y esa pesadilla sin fin que lo estuvo atormentado durante los últimos cuatro o cinco meses.
Al momento de escribir esta historia, los Dodgers de los Ángeles son por mucho el mejor equipo del béisbol, jugando para 21-6 desde que se retomaron las acciones luego del Juego de Estrellas y con forja general de 81-36 al momento de escribir este texto y en medio de este panorama subyace también la historia de Joey Gallo y Cody Bellinger.
La decisión
Se veía venir, Dave Roberts iba a tener que tomar una decisión y para muchos lo ocurrido en el juego del miércoles ante los Cerveceros de Milwaukee da la medida de que el timonel pudo haber elegido ya su carta para asumir como titular.
En un juego donde la gran actuación de Tony Gonsolin, otra vez encomiable, erigiéndose como el mejor lanzador del viejo circuito sin discusión, tras lanzar siete entradas de calidad y asegurar el triunfo 2-1; en un choque así, muchos ni se percataron que Cody Bellinger había quedado en la banca.
Como sea, a pesar del momento y de la pobre ofensiva de Bellinger, de cualquier modo, contando con buen estado físico, Dave Roberts lo mantenía como jardinero central pero este miércoles, el dueño de la posición fue Joey Gallo.
Cuestión de formas
Por un lado, Bellinger, si bien ha tenido destellos de aquel poderoso swing que antaño lo mantuvo en la élite, Bellinger ha debido luchar para no descender de los 200 de average, tal como lo muestra su línea ofensiva de 206 con 16 jonrones y 50 carreras impulsadas.
A su vez, tras su llegada a la franquicia californiana, Joey Gallo en 9 encuentros disputados deja una hoja de corte de 261/346/696 con tres cuadrangulares y 5 carreras impulsadas, mostrando una imagen totalmente diferente de lo que vimos en Nueva York.
El reto está planteado, quizás, de acuerdo con varios entendidos, Cody Bellinger necesitaba sentir la presión de alguien competente y Joey gallo respirar un ambiente diferente que al mismo tiempo lo obligara a tratar de encontrar su mejor versión.
Lo cierto es que la trama ya ha dado sus primeros giros y de seguro otros capítulos se escribirán en lo que resta de temporada, para deleite de los fanáticos de los Dodgers y del béisbol en general.