Para nadie es un secreto quién era David Ortiz con un bate en la mano. Sus fanáticos le amaban, sus enemigos le temían y su legado perdurará a partir de este domingo para siempre, una vez que sea exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, lugar donde solo se encuentra lo más selecto de la historia del béisbol de las Grandes Ligas.

No obstante, entre los que le tenían alto respeto y terror al Big Papi no solo estaban sus detractores y rivales, sino también lo más destacado de su época en materia de lanzadores. Hombres que dominaron a placer desde encima del montículo, pero que sencillamente con él no pudieron.

Un castigador de ases

Por ejemplo, durante su trayectoria, varias de las víctimas preferidas del eterno dorsal 34 de los Medias Rojas de Boston fueron, entre otras, el mítico cerrador de los Yankees de Nueva York, Mariano Rivera, y Roy Halladay, figura de los Azulejos de Toronto; hoy por hoy ambos son Salón de la Fama. Sobre esta situación, David se manifestó hace poco diciendo lo siguiente:

“Sé que me iba bien contra Mariano, y me iba bien contra los ases. Creo que era porque los ases no están con jueguitos. Te atacan. O tú le ganas o ellos te ganan”.

Contra el asombroso panameño, el quisqueyano dejó registros de 48-13 incluyendo los playoffs, con un jonrón y 3 dobletes. Otro al que castigó duramente fue al Cy Young venezolano Félix Hernández, a quien logró batearle una línea ofensiva maravillosa de .410/.490/.615 en 39 turnos, aunque curiosamente a él le propinó el otrora jugador de los Marineros su ponche número mil. Fue una gran rivalidad mientras duró, donde el claro vencedor fue David Ortiz.

No pudo

Sin embargo, no contra todos se sintió cómodo el oriundo de Santo Domingo. Por ejemplo, contra su compatriota Bartolo Colón bateó de 36-4, para un paupérrimo promedio de bateo de .111.